La complejidad es el peor enemigo de la ciberseguridad. Así se desprende del último estudio de Cisco titulado, CISO Benchmark Study. Esta conclusión va en consonancia con el informe del año anterior, que decía que ocho de cada 10 directores de seguridad consideraba muy complicado gestionar las alertas procedentes de múltiples proveedores. En la actualidad, las empresas cuentan con una media de 20 tecnologías de seguridad diferentes, aunque la consolidación de proveedores es una tendencia en continuo aumento.
De esta dificultad se puede concluir que hay un aumento de la ciberfatiga global. El 42% de los encuestados de todo el globo así lo asegura. Pero, más del 96% de los que dicen sufrir este tipo de ansiedad creen que se debe a la gestión de este complejo ecosistema.
Para hacer frente a estas barreras, los CISO están invirtiendo cada vez más en la automatización, lo que les permite acelerar los tiempos de respuesta. Además, también apuestan por la seguridad en la nube para mejorar la visibilidad en sus redes y reforzar la colaboración entre equipos, terminales y seguridad. Y, es que, tal y como también asegura el estudio, los profesionales de seguridad también están encontrando problemas para garantizar la seguridad de los dispositivos móviles. El 52% de los consultados a escala global así lo destacó.
Para Steve Martino, vicepresidente senior y director de seguridad de la información de Cisco, “a medida que las organizaciones avanzan en la transformación digital, los CISO dan mayor prioridad a la adopción de nuevas tecnologías de seguridad para reducir los vectores de ataque. A menudo, muchas de estas soluciones no se integran, creando una gran complejidad en la gestión del entorno de seguridad”.