La agilidad empresarial es la ventaja competitiva perfecta que las empresas necesitan para sobrevivir en el mercado perturbador de hoy. Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos, las empresas trabajan en adoptar el concepto, y no es porque no invierten en las herramientas adecuadas o no tienen la cultura adecuada.
La agilidad empresarial es la ventaja competitiva perfecta que las empresas necesitan para sobrevivir en el mercado perturbador de hoy. Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos, las empresas trabajan en adoptar el concepto, y no es porque no invierten en las herramientas adecuadas o no tienen la cultura adecuada.
A menudo, los líderes y gerentes de la organización pueden servir como obstáculos para que realmente se acepte la agilidad empresarial. El trabajo de los mejores equipos ágiles puede reducirse lentamente cuando los altos ejecutivos no pueden cambiar la forma en que lideran.
Para hacer un mejor uso de los procesos y herramientas ágiles que la compañía ha invertido en desarrollar, adquirir y construir, los gerentes y líderes deben cambiar la forma en que trabajan.
La toma de decisiones, la gestión de equipos, la comunicación de los objetivos de la organización y la reacción ante el éxito y el fracaso, por ejemplo, deben cambiar. Ya no pueden predecir y controlar, deben sentir y responder. Deben pasar de una mentalidad que les obliga a tomar decisiones importantes a una mentalidad que ayude a los equipos a tomar decisiones importantes.
Para las empresas que emigran a un estilo de liderazgo ágil, proporcionar capacitación para ayudar a identificar y cerrar la brecha entre la forma tradicional de hacer las cosas y la “nueva” forma es extremadamente útil.
Centrándose en el entrenamiento para la agilidad
Los líderes exitosos han aprendido sus comportamientos a través de varios años de experiencia en el trabajo. Su forma de hacer las cosas es natural, instintiva y, sobre todo, “probada y probada”. Reconocer eso es importante, antes de intentar convencerlos de que cambien esos comportamientos por nuevas formas de hacer las cosas. Es por eso que el coaching es tan importante para toda la transición.
Para hacerlo efectivo, evalúe el estilo de liderazgo actual de una persona y cómo ese estilo puede funcionar en un entorno ágil. Si lo hace, identificará los comportamientos y rasgos que hacen que un líder se aleje de un enfoque ágill a uno que se remita a la toma de decisiones de mando y control, de arriba hacia abajo a la que están acostumbrados.
Un entrenador eficaz puede señalarlos al líder individual para ayudarlos a ver dónde van mal, para que puedan ver el impacto de esas decisiones en su equipo y en el negocio en general. Habiendo tenido experiencia en el campo, los líderes generalmente responden a dicha capacitación de manera rápida y positiva. Saben las consecuencias: si no manejan la conversación y practican la agilidad ellos mismos, no podrán inspirar a sus empleados y mantenerlos comprometidos.
El esfuerzo por adoptar una mentalidad ágil también requiere que los líderes creen confianza en toda la organización. Algunos de los primeros pasos en la dirección correcta incluyen mostrar confianza en los equipos para tomar decisiones, entender el fracaso como una oportunidad de aprendizaje en lugar de una razón para culpar, y cultivar relaciones individuales y apreciar a los colegas.
Los líderes deben ser los abanderados del cambio. Adoptar prácticas ágiles en toda la empresa representa un cambio clave a medida que transforma el ADN de las organizaciones tradicionales. Para hacer la transición de manera efectiva, los líderes de negocios deben ser entrenados, ya que su mentalidad influirá en el cambio en toda la organización.
A menudo, los líderes y gerentes de la organización pueden servir como obstáculos para que realmente se acepte la agilidad empresarial. El trabajo de los mejores equipos ágiles puede reducirse lentamente cuando los altos ejecutivos no pueden cambiar la forma en que lideran.
Para hacer un mejor uso de los procesos y herramientas ágiles que la compañía ha invertido en desarrollar, adquirir y construir, los gerentes y líderes deben cambiar la forma en que trabajan.
La toma de decisiones, la gestión de equipos, la comunicación de los objetivos de la organización y la reacción ante el éxito y el fracaso, por ejemplo, deben cambiar. Ya no pueden predecir y controlar, deben sentir y responder. Deben pasar de una mentalidad que les obliga a tomar decisiones importantes a una mentalidad que ayude a los equipos a tomar decisiones importantes.
Para las empresas que emigran a un estilo de liderazgo ágil, proporcionar capacitación para ayudar a identificar y cerrar la brecha entre la forma tradicional de hacer las cosas y la “nueva” forma es extremadamente útil.
Centrándose en el entrenamiento para la agilidad
Los líderes exitosos han aprendido sus comportamientos a través de varios años de experiencia en el trabajo. Su forma de hacer las cosas es natural, instintiva y, sobre todo, “probada y probada”. Reconocer eso es importante, antes de intentar convencerlos de que cambien esos comportamientos por nuevas formas de hacer las cosas. Es por eso que el coaching es tan importante para toda la transición.
Para hacerlo efectivo, evalúe el estilo de liderazgo actual de una persona y cómo ese estilo puede funcionar en un entorno ágil. Si lo hace, identificará los comportamientos y rasgos que hacen que un líder se aleje de un enfoque ágil a uno que se remita a la toma de decisiones de mando y control, de arriba hacia abajo a la que están acostumbrados.
Un entrenador eficaz puede señalarlos al líder individual para ayudarlos a ver dónde van mal, para que puedan ver el impacto de esas decisiones en su equipo y en el negocio en general. Habiendo tenido experiencia en el campo, los líderes generalmente responden a dicha capacitación de manera rápida y positiva. Saben las consecuencias: si no manejan la conversación y practican la agilidad ellos mismos, no podrán inspirar a sus empleados y mantenerlos comprometidos.
El esfuerzo por adoptar una mentalidad ágil también requiere que los líderes creen confianza en toda la organización. Algunos de los primeros pasos en la dirección correcta incluyen mostrar confianza en los equipos para tomar decisiones, entender el fracaso como una oportunidad de aprendizaje en lugar de una razón para culpar, y cultivar relaciones individuales y apreciar a los colegas.
Los líderes deben ser los abanderados del cambio. Adoptar prácticas ágiles en toda la empresa representa un cambio clave a medida que transforma el ADN de las organizaciones tradicionales. Para hacer la transición de manera efectiva, los líderes de negocios deben ser entrenados, ya que su mentalidad influirá en el cambio en toda la organización.
–Carl Shea, Enterprise Agile Coach, TCS