El fenómeno FaceApp, que nació en 2017 y que en la última semana ha repuntado en todo el mundo, está en la mira de varios países occidentales. En primer lugar, porque la aplicación de origen ruso que permite rejuvenecer o envejecer las fotos de los usuarios no deja muy claro en sus términos y condiciones cómo almacena y qué hace con los datos y fotografías de los usuarios.
Aunque, dada la polémica, la compañía difundió un comunicado en el que asegura que la mayoría de las imágenes se eliminan de sus servidores 48 después de haber sido almacenadas.
En los últimos días se ha especulado que la herramienta utiliza los datos recopilados para entrenar algoritmos de reconocimiento facial o, incluso, con fines comerciales.
Piden al FBI investigar el caso
A pesar de que el servidor de almacenamiento de la empresa rusa se encuentra en Estados Unidos, el senador norteamericano Chuck Summers solicitó al FBI y a la Comisión Federal de Comercio (FTC) que inicie una investigación porque encuentra “profundamente preocupante” que los datos personales de los ciudadanos vayan a una “potencia extranjera hostil”. Este llamamiento se produce después de que el Comité Nacional Demócrata advirtiera a los candidatos presidenciales para 2020 y a sus afiliados que no usaran la aplicación.
En 2017, FaceApp ya generó críticas por una característica que permite a los usuarios modificar la etnia de las personas. Más tarde, la compañía pidió disculpas y retiró el filtro.