Investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) desarrollaron un método para estudiar la transmisión de la COVID-19 entre la población que implica el uso de bluetooth y los teléfonos móviles.
El sistema se llama PACT o Private Automated Contact Tracing (rastreo privado automatizado de contactos). Funciona enviando cadenas aleatorias de números a través de bluetooth de baja potencia desde el teléfono inteligente de un usuario a otros dispositivos cercanos que utilizan el sistema, creando una lista codificada de smartphones a los que se ha situado cerca un determinado usuario en los últimos 14 días.
Si el usuario da posteriormente un resultado positivo en la prueba de COVID-19, puede cargar esa lista en la base de datos, de modo que otros usuarios puedan hacer una comprobación para determinar si pueden haber estado expuestos.
El MIT asegura que el sistema utiliza métodos avanzados de protección de la privacidad para garantizar la intimidad tanto de las personas que sufren de la COVID-19 como de las que comprueban si han estado expuestas. Los usuarios tienen, de hecho, que dar su consentimiento. Los investigadores han destacado de forma específica que PACT no utiliza ningún tipo de GPS, localización inalámbrica o información de identificación de teléfonos.
“Para estas emisiones, estamos utilizando técnicas criptográficas con el fin de generar números aleatorios y rotativos que no solo son anónimos, sino seudónimos, cambiando constantemente su ‘ID’, de forma que no pueden ser rastreados y llegar hasta un individuo”, explicó el profesor Ron Rivest, del Instituto MIT, quien dirigió el proyecto.
Rivest aportó la R de las siglas RSA, el primer criptosistema de clave pública disponible de manera masiva.
La idea detrás del sistema PACT es asegurarse de que éste no está rastreando a ningún individuo de forma concreta. Más bien, se supone que es un recurso de ‘sí/no’ para aquellos que se preguntan si pueden haber estado cerca de alguien con COVID-19.
El objetivo: volver a la normalidad cuanto antes
Actualmente el modelo está en fase de prueba. El equipo acaba de superar el obstáculo de conseguir que los dispositivos Android e iPhone se hablen entre sí y ha hecho propuestas a los fabricantes de teléfonos inteligentes (Apple, Google y Microsoft) para intentar que el sistema llegue a las manos del público lo antes posible. “El objetivo del prototipo es demostrar a estos desarrolladores que es factible que lo implementen”, según Rivest.
Los investigadores esperan que si PACT se utiliza de forma generalizada, permitirá un enfoque mucho más selectivo de la cuarentena y dará a las comunidades de personas la posibilidad de volver a la normalidad más rápidamente.
Rastrear la propagación de una enfermedad como COVID-19 con más rapidez y precisión podría permitir a las autoridades de salud pública sugerir la realización de pruebas a grupos específicos de individuos si notan que está surgiendo un patrón.
Desde el MIT también aseveran que este equipo de investigadores ha mostrado PACT a varias dependencias gubernamentales y ha coordinado esfuerzos similares en otros lugares de Estados Unidos y Europa.