Sin lugar a dudas, el cloud computing y las nuevas tendencias en comunicaciones, como la videoconferencia, las comunicaciones unificadas o las aplicaciones de colaboración, representan oportunidades para el sector corporativo, tanto grandes corporaciones como pequeñas y medianas empresas. Correctamente implementados, estos recursos aportan un avance importante en la productividad de los trabajadores y las empresas. Tanto las aplicaciones de computación en la nube como las nuevas herramientas de comunicación están teniendo un auge importante en el presente.
De manera paralela están surgiendo, cada vez con mayor velocidad, nuevos equipos que rápidamente encuentran un lugar en la vida empresarial. No hace mucho tiempo aparecieron las netbooks, y ahora se encuentran en pleno apogeo las tablets y los smartphones. A la vez, continúan llegando a las empresas equipos tradicionales como notebooks, desktop y teléfonos WiFi, entre otros.
Tanto las aplicaciones como los nuevos dispositivos conectados enriquecen el trabajo en las empresas. Pero, ¿qué sucede con la red que debe soportar todos estos equipos y la multiplicación del tráfico? Afortunadamente hay nuevas tecnologías también en este campo. La madurez del estándar 802.11n, que ofrecería capacidades de transmisión de hasta 600 Mbps, está impulsando las ventas del equipamiento de red, lo que muestra claramente que los departamentos de IT de las empresas están conscientes de la necesidad de aumentar la capacidad de transmisión de su infraestructura.
Con todo, 802.11n ofrece mayor velocidad de transmisión, pero no evita los posibles cuellos de botella en los controladores centrales de la red. Debido al mayor tráfico que circula hoy en día, los nodos centrales de la red pueden verse a menudo sobrecargados, ya que actualmente la calidad de servicio (QoS), la seguridad y la movilidad de la red se manejan a nivel de los controladores centrales. Esta situación se agrava cuando se agregan más puntos de acceso que suman tráfico al controlador central, lo que pone un límite a la escalabilidad de la red.
Cuando los cuellos de botella comienzan a aparecer, hay que buscar soluciones. El camino tradicional requiere inversiones significativas en infraestructura adicional, tanto cableada como inalámbrica, para dar respuesta a las demandas de los usuarios. Especialmente para las aplicaciones de voz, video, y aquellos servicios en los que la latencia es un factor crítico.
Por este motivo, la industria busca alternativas para el diseño de las redes inalámbricas, que maximice los beneficios de las nuevas tecnologías, como 802.11n, y soporte de manera eficiente la demanda de tráfico de los usuarios. Algunas empresas optaron por soluciones que agregan más puntos de acceso y más switches a la red inalámbrica; otras, como Motorola, optaron por crear un software llamado WiNG 5, que permite por primera vez en la industria optimizar el diseño de la red inalámbrica y pasar a una arquitectura de distribución inteligente, en la cual cada punto de acceso puede comunicarse directamente con otro, sin necesidad de pasar por el controlador central. Esta innovación permite establecer rutas inteligentes para el tráfico de la red y potenciar su capacidad y agilidad.
Con la llegada de nuevos dispositivos y la proliferación de aplicaciones que demandan cada vez más capacidad de transmisión, la gestión del tráfico será sin dudas un punto importante en la agenda de los departamentos de IT de todas las organizaciones. Los responsables de tecnología deben comenzar a buscar soluciones que les ofrezcan la agilidad necesaria para responder a la demanda creciente del tráfico de red, la infraestructura tecnológica clave que está por detrás de los procesos de negocios.
Tino Rodríguez, gerente regional de Productos de Redes Inalámbricas, Motorola Solutions.
