Existen muchas razones por las cuales los líderes de centros de datos enfocados en la agilidad desean reemplazar muchos (aunque no todos) de sus discos duros (HDDs) por unidades de estado sólido (SSDs).
Las razones son varias: ellos están determinados a maximizar el rendimiento de sus CPUs multinúcleo, lograr mayores operaciones de entrada y salida por segundo, y reducir los tiempos de acceso. Afirman que de esta manera se puede comprimir el uso de espacio en el centro de datos, así como los requerimientos de energía y refrigeración.
Pero obtener estos y otros beneficios requiere algo más que sustituir discos giratorios por SSDs.