Si la mayor parte de los individuos desean tener Google Glass en su poder lo antes posible, las empresas no son ajenas a esta tentación y también están analizando las posibilidades que el futuro dispositivo puede tener en sus negocios
“Vemos esta tecnología como el siguiente paso lógico en la empresa”, declara Kelly Merrell, director de desarrollo de Android en Mercury Intermedia. “Es importante para cualquiera que trabaje fuera de su oficina, disponer de información de localización sobre el lugar que va a visitar y, si es posible, conseguir información sobre la tarea a realizar”, completa.
Las gafas inteligentes encarnan un importante proyecto de Google que ya las ha puesto a disposición de miles de desarrolladores y ´exploradores´. De el momento, ofrece mapas, resultados de búsquedas, previsiones meteorológicas y noticias de última hora, en su lente transparente situada justo encima del ojo derecho del usuario. El cristal puede activarse por voz, el tacto e incluso por gestos.
No está claro cuándo saldrá a la venta el primer modelo, aunque en las últimas fechas el presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt, aseguró que en la primavera o verano de 2014. Sin embargo, en la última Conferencia de Desarrolladores de la compañía se avanzó otra fecha de lanzamiento: finales de este año.
”Claramente, hay aplicaciones empresariales para las gafas inteligentes”, reconoce Zeus Kerravala, analista de ZK Research. “El comercio minorista y la industria de la salud resultan obvios. Los vendedores y comerciales podrían disponer de información en tiempo real sobre su stock. Y veo a un CEO llevándolas durante una reunión para proyectar información actualizada. Operarán donde sea necesario contar con información en tiempo real”, concluye.
Patrick Moorhead, analista de Moor Insights & Strategy, ve a futuros policías portando la gafas, para practicar detenciones y consultar información en tiempo real. Pienso en un manual de autorreparaciones que muestre paso a paso cómo arreglar un producto. Creo que habrá aplicaciones verticales muy beneficiosas en áreas de diseño, reparación y transporte, y en las fuerzas de orden público. Y, como en cualquier aplicación de realidad aumentada, la grabación o la capacidad de comunicación es importante y las gafas pueden aportar valor añadido”, relata el experto.
No obstante, las nuevas gafas inteligentes ya han planteado preocupaciones con la privacidad del usuario. Especialmente, preocupa la posibilidad de realizar fotos o grabar videos subrepticiamente. Y Kerravala señala que estos mismos problemas se reproducirán en el mundo de la empresa. “Se trata de un problema similar al que plantean los smartphones y tablets. Al final, es otra forma de llegar a los datos corporativos”.
Como conclusión, Moorhead considera que las amenazas contra la privacidad de las futuras gafas inteligentes pueden reducirse en la empresa, si se limitan las aplicaciones que se utilizan con ellas.