Cada vez es más frecuente que se presenten como pruebas en un juzgado evidencias tales como correos electrónicos, conversaciones de WhatsApp, historiales de navegación o interacciones en redes sociales.
En muchos casos de acoso o fraude digital no es sencillo recopilar las pruebas del delito, las cuales son necesarias para presentar ante un juez. Ante esta necesidad de extraer pruebas con validez legal de los dispositivos, surge la informática forense y los peritos informáticos, los cuales extraen las evidencias del delito digital ante un notario, otorgándoles validez legal para poder ser presentadas en un juicio.
Habrá quien piense que exponer emails o conversaciones de WhatsApp es tan simple como imprimir una página o hacer un screenshot. Nada más alejado de la realidad, pues como ocurre con cualquier caso que se pretenda presentar ante un juzgado, se debe tener la plena certeza de que la evidencia no ha sido alterada y la información no presenta ningún sesgo, y esto sólo podrá determinarlo un perito informático, mediante un análisis de informática forense, que además debe ser comprensible para jueces y abogados.
Ante el aumento de casos de fraude, chantaje o acoso digital, la demanda de peritos informáticos no para de crecer. Hasta el más mínimo detalle puede ser definitivo en un caso de filtración o robo de información corporativa o institucional, algo tan simple como saber qué pendrives fueron introducidos en la computadora, puede ser determinante para saber quién pudo haber extraído información de un sistema sin permiso.
Hoy en día nadie desestima el valor de proteger y resguardar información sensible, ya sea a nivel particular, empresarial o gubernamental. Pero no existe un sistema de defensa perfecto y en el caso de que algún siniestro llegue a los juzgados, resulta crucial contar con compañías que tienen entre sus filas a destacados expertos en informática forense.