Cada año aumenta la inseguridad en línea a una tasa de 97 personas por hora. Los robos de identidad amenazan con ser los más comunes este año; la seguridad digital es una tendencia creciente. En la época navideña, en occidente, cuando las personas tienen más dinero disponible, los ladrones parecen más listos o los consumidores estamos más distraídos, porque los robos parecen ser la historia común. Me permito exponer algunas buenas prácticas que pueden ayudarnos a evitar estos delitos cibernéticos.
- Repensar las contraseñas que usamos diariamente. Ha llegado el momento de actualizar las contraseñas. Para muchos esto es engorroso por que siguen anclados en el pasado diciendo: “una contraseña basta” “sigo usando la misma y nunca me ha pasado nada”. Sin embargo, la tecnología sí ha avanzado velozmente, por eso, debe cambiarse. Los criminales cibernéticos son “listos” y encuentran el fallo de una contraseña débil que no se ha actualizado y la atacan.
- Administradores de contraseñas. Esto no tiene por que ser un martirio; pensar una contraseña segura que usted deba recordar para sus veinte sitios de acceso: bancos, correo personal y escolar, cuentas de redes sociales, tiendas, plataformas de streaming, etc. Hay programas gratuitos como Bitwarden que le pueden ayudar a administrar este problema y son lo suficientemente seguros para proponer contraseñas de 10 o 20 caracteres que no necesita recordar nunca. Basta con recordar una sola contraseña para que pueda acceder a su administrador y este le permita acceso al resto de sus cuentas.
- Descuido o robo de identidad. Muchas veces me han abordado para preguntarme cómo hacer para que no roben su identidad en línea. La respuesta es sencilla: no comparta nada personal en Internet. La clave del robo de identidad es que ya saben mucho de nosotros por todas las fotografías, lugares, mensajes que publicamos para exhibir nuestra imprudente “socialización”. Ello les basta para hacer un par de llamadas y terminar de completar los datos, con los cuales le permiten a acceso a bancos, compañías telefónicas y demás que quedan desprotegidos. Si no quiere tener problemas con su identidad, no la exponga.
- Tarjetas de crédito digitales. Recientemente el pago con tarjeta ha evolucionado. Ahora se pueden “cargar” en los teléfonos celulares con aplicaciones como Apple Pay o Google Pay. Estas plataformas tiene la ventaja de que basta “acercarse” al punto de venta y está hecho el pago. No necesita NIP, ni firma autógrafa, mucho menos mostrar el plástico. Esto tiene ventajas de seguridad: usted es el único que puede pagar, ya que su teléfono tiene su huella digital o escaneo de su cara; los datos que transfiere son solamente de la transacción y están encriptados; no transfiere datos personales, ni tampoco los datos de la tarjeta de crédito, sólo se descuenta el pago directo al banco. Para muchos, esta “magia” parece digna de tenerle miedo, pero quizás sea más seguro que las compras por Internet.
- La llave maestra de la seguridad en línea es la siguiente: “Nada es gratis en internet”. Si piensa esto, no caerá en ninguna trampa. No importa cuántos correos electrónicos reciba con promociones, anuncios engañosos en sus redes sociales o click en sitios “seguros”. Si nada es gratis, todo lo que haga tendrá un costo. Su identidad, su dinero, sus datos privados son oro molido para los bandidos digitales. Usted decide si se los entrega.
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El autor de la columna “Tecnogob”, Rodrigo Sandoval Almazán, es Profesor de Tiempo Completo SNI Nivel 2 de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo puede contactar en tecnogob@pm.me y en la cuenta de Twitter @horus72.