Al día de hoy las Smart Cities ocupan un dos por ciento de la superficie terrestre, según la compañía eléctrica Schneider Electric, de hecho, ciudades como Barcelona son las principales abanderadas del nuevo concepto de urbe destinada a lograr una mejor eficiencia energética y gestión de los recursos.
Acorde a los datos facilitados por el presidente regional para España, Portugal y Sudamérica, Enrique Valer, de aquí al año 2050 ‘seremos más pero tendremos que consumir menos’, y es ahí donde entra la importancia creciente que está tomando el concepto de Smart City, un nuevo modelo de ciudad que tendrá como misión principal la eficiencia y el ahorro de recursos. En palabras de Valer ‘una Smart City es la que fomenta el desarrollo sostenible’.
No obstante, el concepto de ciudad inteligente ya forma parte del presente, aunque su consolidación se producirá en el futuro, cuando las grandes urbes asimilen nuevos modelos de gestión energética y tanto la Administración como los propios ciudadanos se adapten a ellas.
Para Schneider Electric la expansión de las ciudades y el asentamiento de las Smart Cities debe ir acompañado de sostenibilidad y eficiencia, así como de una gestión inteligente de los recursos.
El segundo segmento lo encontramos en el apartado de Smart Water, que busca una gestión del agua sin pérdidas y que logre el máximo ahorro. Seguidamente se sitúa la parte de movilidad, dónde entra en juego la regulación del tráfico, el transporte público, las plazas de aparcamiento y la difusión de rutas alternativas ante los atascos de las horas puntas.
El papel de los servicios públicos para el tratamiento de grandes volúmenes de datos y de información también será clave en la integración del concepto de Smart City, sin duda las grandes ciudades se verán obligadas a dar respuesta a demandas de información cada vez mayores.
El camino a seguir para la consolidación de las Smart Cities, ciudades del futuro pero también del presente, pasa por la cooperación entre todas las partes implicadas, desde la Administración Pública hasta las empresas privadas y los propios ciudadanos, piezas fundamentales del engranaje para integrar todos y cada uno de los servicios destinados a optimizar el uso de la energía, la información y los recursos.