Tras conocer una filtración en la que se asegura que Sony va a despedir a 10 mil trabajadores a lo largo de este año, o lo que es lo mismo, el 6 por ciento de su plantilla, Sony acaba de anunciar que espera cerrar su año fiscal 2011, finalizado el 30 de marzo, con unas pérdidas de 6,400 millones de dólares. Así, en sólo dos meses, Sony ha tenido que ampliar su previsión de pérdidas de 2,707 millones de dólares a los 6,400 millones de dólares actuales.
Según Sony, la fortaleza del yen, que ha hecho que la liquidación de impuestos generados por las exportaciones se haya incrementado considerablemente en la última etapa del año, ha sido una de las grandes causas de esta desviación de cifras. Sony no ha variado ni sus previsiones de venta ni sus ingresos operativos, las cuales también fueron drásticamente reducidas.
Ésta es la última mala noticia para una compañía que esperaba volver a la senda de la rentabilidad a corto plazo. Por lo menos eso es lo que anunció en julio, cuando predijo que volvería a ser rentable.
Sony no es la única compañía japonesa que está viendo cómo sus ingresos caen debido a la fortaleza del yen o a la interrupción de la producción por causas naturales como las inundaciones de Tailandia. A pesar de esto, Sony también tiene que hacer frente al incremento de la competencia en áreas clave para la compañía, como es el caso del negocio de TV, o de sus productos de consumo, con Apple y Samsung anunciando importantes crecimientos.