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Startups: Cinco señales que indican que están condenadas al fracaso

Construir una startup es un negocio arriesgado. Por cada Facebook, Google o Uber, existen cientos de compañías que alguna vez parecieron brillantes y que entraron al terreno de la tecnología con grandes fanfarrias -únicamente para luego fracasar decepcionantemente y marchitarse solo unos meses después.

Nos enteramos de estos fracasos con menor frecuencia que de los éxitos -eso es una pena, porque existen lecciones importantes para aprender de aquellos que lo intentaron y cayeron de bruces. Afortunadamente para nosotros, una compañía de base de datos de capital de riesgo llamada CB Insights se dio el trabajo de rastrear y compilar los correos electrónicos, publicaciones de blogs y entrevistas postmortem que los fundadores de algunas startups han compartido a lo largo de los dos últimos años. Esta información contiene datos fascinantes.

Examiné todo lo que provocó (lágrimas, culpa y autoflagelación) para encontrar algunos de los temas más reveladores de estos tristes relatos -dejando de lado las cosas obvias como quedarse sin dinero o construir un producto que las personas simplemente rechazaron. Usted podría reconocer una de estas señales en alguna startup que usted conoce hoy. O, dado que los proyectos de TI son frecuentemente como pequeñas compañías nuevas dentro de una organización, podría aprender una o dos lecciones sobre cómo no destruir su proyecto.

Señal de falla No.1: No tiene un enfoque fuerte y consistente
Saber de qué se trata de que el negocio lo es todo -especialmente en los críticos meses iniciales cuando la nueva compañía está trabajando para encontrar su estabilidad. Si ve a una startup sin un enfoque fuerte -o con un enfoque que cambia o se amplía- puede ser el momento para empezar a preocuparse. Es una lección que numerosos fundadores han aprendido a la mala.

“Estábamos intentando hacer de todo para todos”, escribió Yash Kotak, fundador de Lumos, una startup que fracasó. “Estábamos haciendo interruptores que podían automatizar sus luces, ventiladores, aire acondicionado y calentadores de agua. Hubiésemos tratado de automatizar su televisor, refrigerador, horno y auto también, si es que hubiese sido viable hacerlo”.

En este tema, anotó Kotak, no se trata de que sea inherentemente malo perseguir múltiples ángulos; se trata de que no puede esparcir sus recursos hasta volverlos tan delgados que no resistirán cuando lleguen los ajustes -en ese momento sabemos que esto está destinado a morir. ¿Le parece familiar?

“Una startup cuenta con recursos limitados”, reflexionó. “Así que siempre es mejor identificar y resolver bastante bien un solo problema, en lugar de resolver varios de manera mediocre”.

Thor Fridriksson tuvo problemas similares en su ahora difunta startup Pumodo. Como él lo recuerda, él y sus asociados se “enredaron en la máquina de publicidad”, y cometió el mismo error de ser mediocre en una serie de cosas en lugar de ser excepcionalmente bueno en una.

“Nuestro plan de negocio estaba cambiando cada semana”, escribió Fridriksson. “Pasamos de especializarnos solo en fútbol a convertirnos en una aplicación para todos los deportes”.

El mantra de Pumodo, de acuerdo a Fridriksson, era “piensa más grande” -un plan que tampoco le resultó a Jeanette Cajide, fundadora de la ya abandonada aplicación móvil Blurtt (sí, Blurtt).

“Las ideas son muchas, la diferencia está en la ejecución”, resaltó Cajide. Ella debe saberlo: su nueva compañía atravesó cuatro modelos de negocio diferentes antes de rendirse.

Eso nos lleva a nuestra próxima señal de que algo puede fallar…

Señal de falla No. 2: Su visión ha quedado fuera de su control
Blurtt empezó como un lugar donde usted podía pagar dos dólares para crear una tarjeta postal física personalizada desde su teléfono, y mandársela a alguien por correo. Un año después, cambió su modelo para ser un servicio gratis financiado por anuncios en la parte trasera de cada tarjeta postal impresa.

Un año después de eso, la compañía giró otra vez y se volvió una “plataforma móvil de microregalos y tarjetas de felicitaciones” -o lo que sea que eso signifique. Al poco tiempo, dejó de lado esa idea e intentó convencer a la gente de descargar su aplicación para crear “blurtts”, que fueron básicamente imágenes con subtítulos basados en texto, estampados en la parte superior. (¿Dónde hemos visto eso antes?)

“Al final, la magia y la pasión se perdieron” anotó Cajide. “Recuerde por qué inició esto en primer lugar y nunca pierda de vista esa respuesta, porque una vez que se convierte en algo que no le hace feliz, debería dejar de hacerlo”.

Hablando de este tema, ¿recuerda a Secret? Era una herramienta para compartir mensajes anónimos que fue el furor entre el personal de Silicon Valley por unos minutos en el 2014. También fue una nueva compañía con bastante dinero de por medio: una valuación de más de 100 millones de dólares en su pico.

Pero todo ese dinero no pudo prevenir el descarrilamiento del tren: después de enfrentarse a quejas sobre bullying y rumores infundados (¿quién lo hubiese esperado de una aplicación para compartir mensajes anónimos?) -y simultáneamente lidiando con una problemática declinación en su uso- la compañía cerró y devolvió el dinero a sus inversionistas después de solo 16 meses en el mercado.

Secret atravesó muchas evoluciones en el camino, cambiando de diseño y filosofía para intentar encargarse de las quejas y mantener a todos felices. Al final, su cofundador, David Byttow dijo que la nueva compañía ya no era la entidad que él había planeado construir.

“Secret no representa la visión que yo tenía cuando se inició la compañía”, escribió, “así que creo que cerrarla es la decisión correcta para mí, para nuestros inversionistas y nuestro equipo”.

La pérdida de la visión original fue también considerada la culpable del colapso de ProtoExchange, un mercado de outsourcing para ingeniería de hardware, así como la caída de Digital Royalty, una nueva compañía de estrategia de redes sociales que atravesó “cambios substanciales” en los meses que llevaron a su clausura.

“Algunos de estos cambios estuvieron en nuestro control y algunos no”, afirmó su fundadora, Amy Jo. Para honrar a nuestros valores principales, que han sido el epicentro de nuestra cultura, hemos decidido colgar nuestra corona”.

Señal de falla No 3: No está listo para el éxito
Algunas nuevas compañías tienen ideas brillantes, pero les falta recursos o la experiencia para ejecutarlas. Y – seguro lo adivinó- esa peligrosa combinación no genera exactamente un sólido cimiento para el éxito a largo plazo.

Sino pregunte a Martin Erlic, cuya nueva compañía UDesign pasó de prometer un nuevo concepto a colapsar en el periodo de un año.

La idea suena sólida: UDesign era una aplicación que hacía que fuese simple crear un patrón propio y usarlo en una pieza de vestimenta personalizada. Simpático, ¿no? Pero en lugar de contratar a programadores experimentados, Erlic y sus cómplices decidieron “improvisar” y hacer el ‘trabajo sucio’ ellos mismos.

“Lo que terminó sucediendo fue que gastamos todo lo que pudimos haber gastado en pulir el producto… en marketing”, explicó. “Pensamos que podíamos engañar a la gente ahora y compensarlo más adelante. Nos equivocamos”.

Un cuento muy antiguo. Uno que Attila Szigeti, fundador de la extinta startup ratemyspeech.co, también conoce.

“Solo tuvimos un prototipo, pero ningún producto sorprendente y no podíamos atraer a un número considerable de usuarios”, recordó él.

Algunas startups ni siquiera llegan así de lejos. La compañía anterior de Jeremy Bel, Wattage, supuestamente debía facilitar a todos pensar en una idea para un dispositivo electrónico -arrastrando y soltando componentes como botones, sensores, parlantes y pantallas en una herramienta de creación en línea- después hacer que el artefacto sea fabricado y entregado en cuestión de días.

Una vez más, fue un buen concepto, sin los recursos para ser soportado.

“Cuando observé los variados prototipos que habíamos creado, simplemente no se veía calidad”, admitió Bell. “Estábamos usando mucho el corte láser como nuestro medio de fabricación, y a pesar de que nos permitía producir algo cercano a nuestra visión, no era lo suficientemente bueno. Lo que realmente necesitábamos era un híbrido de corte láser e impresión 3D, pero desafortunadamente, la impresión 3D aún es demasiado lenta y costosa para ser realista”.

Resulta que no ser realista es un gran obstáculo.

Señal de falla No. 4: Ha construido su negocio en un campo minado legal
Juegue con fuego y estará destinado a quemarse. Puede que suene obvio, pero muchas startups se han desintegrado en colapsos generados por temas legales.

Los ejemplos más prominentes giran alrededor de las angustias relacionadas con los derechos de autor. Tome como ejemplo a Grooveshark, una startup de música que impresionantemente logró durar 10 años antes de que sus errores legales la alcanzaran.

“A pesar de haber tenido las mejores intenciones, cometimos errores muy serios”, admitió la compañía en un memo de clausura sin firma. “Fallamos en asegurar las licencias de derechos de autor para una vasta cantidad de música en el servicio. Eso fue una equivocación”.

El trato de Grooveshark con las compañías discográficas no solo la forzó a cancelar el servicio y limpiar todos los servidores, sino también a entregar todo lo que poseía -el propio sitio web junto con todas las aplicaciones, patentes y derechos de autor- a los propietarios de los derechos que se vieron perjudicados.

Las cosas no fueron tan terribles para Exfm, otro servicio de música. Pero, si bien la compañía no fue golpeada de la misma forma que Grooveshark, los temas legales definitivamente jugaron un rol clave en la decisión de cerrarla.

“Los retos técnicos están compuestos por la naturaleza litigante de la industria musical, lo que significa que cada vez que crecimos significativamente, fuimos luego empujados hacia abajo por las firmas discográficas que nos derribaron o hicieron uso de correos electrónicos legales”, declararon los fundadores de la compañía en un correo electrónico a los subscriptores.

Turntable.fm, una startup que alguna vez se puso de moda, tuvo el mismo destino -y hasta notó que debió haber prestado más atención a los problemas que sus predecesores enfrentaron.

“Finalmente, yo no me percaté de las lecciones de muchas startups de música”, indicó el fundador Billy Chasen. “Es un riesgo increíblemente caro y una industria muy difícil en la cual trabajar. Gastamos más de un cuarto de nuestras ganancias en abogados, derechos de autor y servicios relacionados a la música”.

Señal de fallas No. 5: Su producto depende del servicio de alguien más.
Llámela la fragilidad del “punto de fracaso único”: Si su negocio se apoya en el servicio de alguien más para existir, prácticamente está pidiendo problemas.

Hemos visto varias historias de llanto por parte de muchas compañías que conectaron sus vagones solo a Twitter, lo que resultó en problemas con poca o ninguna advertencia. El caso más reciente de alto perfil es Twitpic: El alguna vez vital servicio para compartir imágenes, no fue compatible con las ambiciones crecientes de Twitter y se encontró en una batalla que no podía ganar. De acuerdo a la carta de despedida de la compañía:

“Twitter contactó a nuestra área legal demandando que abandonemos nuestra aplicación de marca, o nos arriesgaríamos a perder el acceso a su API. Esto nos tomó por sorpresa puesto que Twitpic ha existido desde el 2008 y nuestra aplicación de marca ha estado en el USPTO desde el 2009”.

Otros fundadores tuvieron que lidiar con Facebook, como Lookery -una compañía de marketing cuyos ingresos giraban en torno a los datos de la red social.

“Nos expusimos a nosotros mismos a un punto único y gigante de fracaso”, indicó el cofundador Scott Rafer. “Predecible y racionalmente, Facebook actuó en beneficio de sus propios intereses en vez de los nuestros”.

Rafer dijo que su nueva compañía “hubiese podido usar y debió haber usado” sus recursos para establecer algún nivel de independencia, en lugar de invertir más en la plataforma de Facebook -un sentimiento similar al expresado por PostRocket, una compañía creada para ayudar a que los clientes alcanzaran a más fans en el patio trasero virtual de Zuckerberg.

“Debimos y pudimos hacer algo mucho mejor para proporcionar un producto confiable que se expandió tan rápido como el cambio en el panorama del marketing de Facebook”, confesó el cofundador, Tim Chae. Mientras informaba a los clientes sobre el fin de la compañía, Chae de hecho sugirió que tomen al servicio de analítica de Facebook, nuevo en ese entonces, como una alternativa, diciendo que el producto “supera a cualquier otro servicio” -un resumen perfecto del peligro asociado con tratar de llenar un vació en un servicio existente.

Aun si una nueva compañía no se cierra completamente, intentar mantenerse al ritmo de los inconsistentes requerimientos evolutivos de los padrastros puede insumir recursos significativos -lo que es especialmente desafiante cuando el financiamiento es limitado. La firma de marketing de medios sociales Argyle Social citó este factor en su fracaso, al igual que el servicio de compartición This Is My Jam.

El punto de fracaso puede venir hasta de detalles tan aparentemente inocuos como la búsqueda: Una nueva compañía llamada Tutorspree puso todas sus esperanzas en atraer clientes en la optimización del motor de búsqueda (SEO, por sus siglas en inglés) -y cuando las mareas cambiaron un día, se encontró perdida en el mar sin ningún salvavidas a la vista.

“Éramos dependientes de un solo canal, y ese canal cambió súbita y radicalmente”, explicó el cofundador, Aaron Harris. “Existe una oportunidad de que un solo canal pueda lograr que la compañía crezca a un tamaño grande en poco tiempo, pero los riesgos implicados en ese único canal son grandes y crecen en tándem con la compañía”.

No tiene que ser una startup para sentir el peligro en un trato de ese tipo.

-JR Raphael, InfoWorld (EE.UU.)

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