De acuerdo con el Índice de Densidad Digital realizado por Accenture, el aumento del uso de las tecnologías digitales podría impulsar la productividad de las 10 principales economías del mundo al sumar 1.36 billones de dólares para 2020.
En su nivel más amplio, el reporte reveló que una mejora de diez puntos en la densidad digital (en una escala de 100 puntos) en cinco años elevaría 0.25 puntos porcentuales las tasas de crecimiento del PIB en las economías avanzadas y 0.5 puntos porcentuales en las economías emergentes – un importante impulso para las economías avanzadas que luchan por aumentar el crecimiento. Según el análisis, Holanda se ubica con la densidad digital más alta, seguido de EE.UU., Suecia, Corea del Sur, Reino Unido y Finlandia.
El Índice de Densidad Digital mide el grado en que las tecnologías digitales penetran en las empresas y en la economía de un país. La “Densidad Digital” de un país está determinada por un sistema de puntuación que comprende más de 50 indicadores, como el volumen de las transacciones efectuadas en línea, el uso de la nube u otras tecnologías para agilizar los procesos, la presencia dominante de las habilidades tecnológicas en una empresa, o la aceptación de una economía con nuevos modelos de negocio impulsados de manera digital.
Además, el índice identifica los factores que refuerzan o debilitan la densidad digital de una economía. Esto puede ayudar a los líderes empresariales y políticos a determinar su estrategia digital, medir su progreso y determinar el retorno definitivo de sus inversiones.
Aunque las acciones necesarias para permitir una mayor eficacia digital en las compañías pueden variar según las diferentes geografías, hay cuatro recomendaciones que acelerarían esta transformación, según Accenture:
1. Integrar la transformación digital a la agenda de los negocios. Tomando en cuenta que el 90% de las empresas en México tienen acceso a tecnologías digitales, los tomadores de decisión deben trabajar en conjunto para aprovecharlas y transformar así a las corporaciones que dirigen.
2. Crear mercados digitales: Como los límites tradicionales de la industria se desvanecen, los gobiernos tienen que centrarse en proteger a los consumidores y a su vez colaborar con las empresas para entender los nuevos modelos de negocio y habilidades requeridas en el entorno actual.
3. Operar las empresas de manera digital: Es determinante que las empresas integren el diferenciador digital en su estrategia para acelerar la transformación de sus operaciones, dinamizar la cadena de suministro y desarrollar nuevos canales para servir a sus clientes; además de implementar herramientas de análisis de información y nuevas tecnologías para profundizar la relación con ellos.
4. Gestionar entornos favorables: Si bien la infraestructura -como la súper banda ancha y la banda ancha móvil- sigue siendo importante para el crecimiento digital, los gobiernos también deben centrarse en facilitar a los empresarios el uso de tecnologías digitales para iniciar negocios, racionalizar el marco regulador, buscar formas innovadoras de crear las capacidades adecuadas en el talento y apoyar la confianza entre los ciudadanos y las empresas.