Las acciones gubernamentales repercuten directamente sobre el comportamiento de los mercados. Es por ello en parte que resulta conveniente de vez en vez hacer un recuento de las decisiones, acciones y sus efectos desde la esfera gubernamental.
Sin embargo, no debemos confundir, como comúnmente sucede, las acciones de gobierno con las acciones del mercado. Lo que al gobierno corresponde de manera principal informar a la ciudadanía es la serie de acciones emprendidas en un sector regulado; para eso precisamente, para regularlo y así optimizar la cobertura, calidad y precios competitivos.
El resto corresponde informarlo a las empresas y los mercados como resultado de la evolución tecnológica, de las inversiones y de las acciones comerciales para el continuo desplazamiento de la oferta y de la demanda en el mercado de las telecomunicaciones.
En este sentido, el reporte acerca del crecimiento en el número de inversiones, producción, líneas, tráfico y adopción de los diferentes servicios de telecomunicaciones; por mencionar sólo algunos, son resultado de la operación directa del mercado y no deben ser el foco de este ejercicio de reporte a la soberanía.
Por ello, al hablar de las inversiones para el desarrollo de infraestructura en telecomunicaciones, deberá tomarse en cuenta solamente la realizada por el sector público, que representó 44.8% del total invertido en lo que va de 2012; es decir, 29,700 millones de pesos. Durante el sexenio, la inversión acumulada en el sector telecom alcanza 288,157 millones de pesos, con un crecimiento de 101.8%. Sin duda en esos campos del mercado los indicadores de desempeño han sido muy positivos y cabe esperar que continúen con ese dinámico desempeño.
Algunos números de la acción gubernamental
No son despreciables las acciones sexenales en materia de otorgamiento de premisos y concesiones.
Por ejemplo, se otorgaron 37 permisos para establecer, operar y explotar comercializadoras de servicios telefonía pública; 19 para larga distancia; 23 concesiones de TV restringida y servicios convergentes, además de 23 concesiones para la prestación del servicio de televisión por cable. Así, suman un total de 448 concesiones para TV por cable durante la presente administración y 4 para ofrecer el servicio de televisión restringida vía satélite. Por su parte, suman 76 las concesiones otorgadas para ofrecer servicios de triple play, es decir, voz, datos y video. En 2012 las autoridades resolvieron 12 solicitudes de prórroga y refrendos, para sumar 101 en el sexenio.
Entre las políticas de inclusión social que se han implementado es importante destacar el programa de pagos móviles diseñado por Telecom Telégrafos (Telecomm), que tiene como finalidad promover la penetración de servicios móviles e impulsar la inclusión financiera en comunidades marginadas. La iniciativa se encuentra en fase de prueba en el municipio de Santiago Nuyoo, Oaxaca. Para el arranque del programa fue necesario proporcionar a sus habitantes equipos celulares, a los que se les proporcionó servicio a través del gobierno federal en su calidad de operador de redes de telecomunicaciones, empleando la infraestructura satelital del programa e-México.
Esperemos que en un futuro, este tipo de políticas e iniciativas sociales fomenten la inclusión digital de todos los mexicanos.
Lo que no se pudo informar
Sin embargo, el principal avance que la mayoría, no todos claro está, hubiéramos querido escuchar y leer en el sector de las telecomunicaciones en México es, sin duda, en el campo de la competencia. Pero no, desafortunadamente ha sido nimio el avance en ese rubro.
Para poner en una dimensión cuantitativa a esta afirmación, basta repasar que, en este mercado que en promedio los operadores fijo y móvil (Telmex y Telcel) ostentan tres cuartas partes del mercado, sus participaciones medidas en ingresos sólo decrecieron de los exagerados niveles de 90.0% a 81.5% del total en el caso del fijo y de 74.0% a 71.3% para móvil.
¿Acaso amerita eso llamarse competencia efectiva?
Una dimensión o medición alternativa de la competencia que se emplea a nivel mundial es el Índice de Herfindahl-Hirschman (IHH). Esta valuación de la concentración de mercado se mide con base en la suma del cuadrado de la participación de mercado de los operadores y refleja directamente la falta de competencia en un determinado segmento económico.
Los resultados que arroja este índice van de cero -donde estaríamos ante el supuesto de competencia perfecta- hasta uno, que representa una estructura monopólica, con una concentración moderada alrededor de 0.2.
En México, el IHH alcanza 0.7 para las telecomunicaciones fijas y de 0.6 para las móviles, lo que es considerado en ambos casos muy alta concentración. Con todo, su disminución en el curso de la actual administración presidencial ha sido marginal.
Así, más allá de agendas políticas, el sector en México sigue con la asignatura pendiente de detonar una competencia efectiva, ya largamente postergada, con sus consecuentes efectos en el bienestar que de sus servicios se deberían derivar para los consumidores.
Contacte a Ernesto Piedras en ernestopiedras@epiedras.net, Twitter: @ernestopiedras; y a Diana Fernández del Campo en diana.fernandez@the-ciu.net.