Algunos proyectos en los que se implica el gigante del web browser resultan fallidos, mientras que otros acaban languideciendo en el olvido; en todo caso, los riesgos son los mismos tanto para Google como para aquellas empresas que deciden invertir en conceptos ambiciosos que acaban cayendo en la insolvencia de ideas, como parece estar empezando a ocurrir con Glass, las smartglasses.
Aun disponiendo de un envidiable recorrido en lo que respecta a nuevos servicios que la compañía ha ido poniendo masivamente a disposición de la gente, no todas las apuestas que realiza Google resultan exitosas. La compañía ha reemplazado a muchas industrias y ha llevado a cabo importantes roles en solitario, implicándose en negocios emergentes durante los últimos 16 años. En cualquier caso la trayectoria de Google contiene también capítulos rodeados de parches que han acabado estrepitosos fracasos.
También es verdad que no existe ninguna compañía en el mundo que haya triunfado en todas sus apuestas. Sin embargo, cuando Google fracasa en algo o decide tirar la toalla en alguno de sus múltiples proyectos se producen repercusiones de largo alcance difíciles de prever. En ocasiones, tampoco es más trascendente de la cuenta si Google decide finiquitar un producto que ha tenido un mal comportamiento en el mercado; mientras que en otras, cuando los proyectos están condenados a morir, las compañías que han apostado por Google han sido dejadas en la estacada por ésta.
Pese a la ascensión de la firma a los altares de ser una de las pocas empresas en haberse forjado una marca de renombre mundial, todavía hay muchos aspectos en los que Google no puede o no quiere entrar. Aquellas compañías que profesan una admiración incondicional por Google corren el riesgo de realizan importantes apuestas por conceptos insuficientemente garantizados.
Tanto los responsables tecnológicos como los CIOs tienen la ocasión de aprender valiosas lecciones del fracaso de la herramienta colaborativa Wave de Google, así como de Buzz, Reader, Jaiku (un servicio de microblogging), Dodgeball (la primera aplicación de tipo Foursquare desarrollada por el mismo equipo), Authorship (una herramienta de búsqueda para editores), el escaso éxito de Google+, y el experimento de Google smartglasses, constituyen toques de atención para advertir a todas aquellas compañías que se decidan por apostar por esta empresa.
– CIO España