Nuestro lugar de trabajo cambia velozmente. Cada vez más las tareas laborales se realizan desde lugares diferentes y con distintos dispositivos que ayudan a las personas donde quiera que se encuentren. El panorama competitivo evoluciona con la misma rapidez. Por un lado, las empresas se enfrentan a la presión en aumento de la competencia, que ha podido lograr paridad en términos de servicio, tecnología y precio. Por el otro, hasta las empresas más consolidadas, para mantener su vigencia, deben adoptar nuevos modelos de negocio, en muchos casos, habilitados por la movilidad y la nube.
En esta feroz carrera, las organizaciones deben estar en evolución constante para sobrevivir. Esta evolución o transformación exige innovación en frentes como productos, servicios o modelos de negocio, que faciliten el actuar con una rapidez cada vez mayor. Afortunadamente en muchos casos, la alta dirección está impulsando el cambio.