Los alcances del Internet de las Cosas (IoT) con seguridad aún no han llegado a su máxima capacidad, principalmente porque su desarrollo depende de la creatividad humana, que puede ser infinita. Por ejemplo ¿sabía que ahora el café que tome en la mañana puede estar programado para que se prepare según las propiedades del grano?
La máquina de café Bonaverde Berlin Coffee Maker, que debutó en 2013 en la plataforma de financiamiento de proyectos Kickstarter, ha despertado desde entonces el interés de amantes del café de todo el mundo.
Este gadget tiene la intención de automatizar el arduo proceso de transformar granos crudos de café en la bebida que tantos beben a diario. Asimismo, el proyecto busca conectar a los consumidores con cultivadores de café.
¿Cuál es la intención de usar una máquina inteligente para el café? Todas las cosechas de café no son iguales, y como resultado, los granos nunca son los mismos. Es por eso que idealmente, los procesos de tostado no deberían ser iguales para todos los granos de café.
La empresa Bonaverde lo logra con una solución creativa: cada paquete compatible de granos crudos para usar con la máquina incluye conexiones móviles o inalámbricas, que provee la compañía Gemalto, con los protocolos de tostado requeridos. A través de éstas se envía una comunicación a la máquina para que detecte cómo tostar, moler y preparar los granos en la forma más óptima según sus propias características.
La tecnología en la nube también juega un papel importante en este proceso inteligente del café. Cada lote de café disponible en el mercado Bonaverde tiene un número serial único programado en las conexiones móviles o inalámbricas.
Los cultivadores de café usan ese número para construir su marca al almacenar contenido propio en la ‘Coffee Cloud’ (nube del café). Cuando la máquina lee ese número, la Coffee Cloud no sólo da la orden de preparación perfecta, sino que también le envía al usuario historias e información adicional sobre el cultivador, videos y fotos relacionadas.
Este es un ejemplo de cómo una conectividad creativa puede mejorar drásticamente distintos aspectos de la cotidianidad. En la agenda están rutas de bicicletas públicas inteligentes, asistentes personales que controlan los electrodomésticos y hasta pueden encontrar cosas perdidas en la casa, contando en todo momento con unos índices de seguridad que permiten disfrutarlas sin temor.