La recarga de baterías de los dispositivos móviles generará más de 13 megatoneladas de CO2e (CO2 equivalente) de gases de efecto invernadero al año a nivel global en 2019, frente a unas 6.4 megatoneladas que se prevén para este año.
Según el informe Green Mobile: The Complete Guide to Vendor Strategies & Future Prospects 2014-2019, elaborado por Juniper Research, existe una muy baja percepción por el consumidor de los hábitos sustentables y energías renovables en estos mercados. Los fabricantes tienen que tomar la iniciativa para hacer que las compañías eléctricas ofrezcan electricidad “más verde” tanto a la industria como a los consumidores.
El comportamiento de las compañías puede impulsar a los consumidores. El informe destaca también que donde las compañías de telecomunicaciones han insistido en energías renovables para sus redes, las compañías de energía han ofrecido expandir el suministro de energías renovables a otros consumidores. Pretende que una adopción más amplia de este enfoque ayudaría a reducir las emisiones de los suministradores en el área móvil.
Las compañías tienen un impacto más directo en las emisiones de los usuarios, haciendo componentes y aplicaciones eficientes energéticamente para sus dispositivos. Esto tendrá también el efecto beneficioso de prolongar la vida de las baterías, que ha sido siempre un problema para los usuarios en la utilización de los dispositivos.
El “negocio en verde” es un buen negocio
El informe también argumenta que conforme las clasificaciones ecológicas tienen cada vez una papel mayor en las evaluaciones de producto, los imperativos de negocio por la sostenibilidad son imposibles de ignorar.
Otros descubrimientos destacados señalan que el diseño de smartphones tiene un gran impacto en la reciclabilidad, ya que determinadas características de diseño hacen antieconómico el reciclado. Los fabricantes deben planificar el fin de vida de los dispositivos para asegurar que no exacerban el creciente problema de los desechos electrónicos.
Por otro lado, las emisiones de la cadena de suministro son todavía un gran problema para la industria. Si se incentiva a los proveedores a que cambien ahora, la industria podría ahorrar potencialmente 57.8 megatoneladas de emisiones de efecto invernadero en 2019, según Juniper Research.