Más de la mitad de los principales procesos y sistemas de los llamados nuevos negocios incorporará en 2020 algún elemento del Internet de las Cosas (IoT), según Gartner. En sus predicciones, esta firma de investigación advierte de que IoT, que abre nuevas oportunidades de negocio, implica también cambios para las empresas, tendrán que lidiar con problemas en las implantaciones y protegerse mejor.
De acuerdo con su visión, el impacto de IoT en la vida de los consumidores y en los modelos de negocio corporativos está aumentando rápidamente, a la vez que el precio de los sensores y conectores, sigue bajando.
Según Roy Schulte, vicepresidente y analista de Gartner, “IoT es relevante en prácticamente todos los sectores, aunque no en todas las aplicaciones. Habrá aplicaciones que no son puramente IoT. Más bien, aprovecharán Internet de las Cosas en algún aspecto mayor o menor de su trabajo”. Por tanto, analistas y desarrolladores de procesos relacionados con la información necesitan tener la experiencia y las herramientas necesarias para implementar esos aspectos IoT que juegan un papel en sus sistemas.
Y esto no es de poca importancia, ya que, en sus predicciones, Gartner indica que en 2018, el 75% de los proyectos IoT serán más largos de lo que las empresas prevén, y eso implicará más costes. La premura por cerrarlos puede conllevar debilidades en rendimiento, seguridad o integración en los procesos existentes. Y, si no se hacen bien, pueden tener que volver incluso a desplegarlos.
¿Quiénes serán los más afectados?
“Las organizaciones centradas en producto serán las más afectadas”, reconoce Alfonso Velosa, vicepresidente de investigación de Gartner. “Tratan de lanzar productos cada vez más inteligentes, conectados, aunque muchas veces será de forma reactiva, con un enfoque táctico para responder a su competencia”.
Extrayendo de la ecuación la precipitación y los acuerdos de cierre de proyectos, la firma también señala que puede haber problemas relacionados con la introducción de nuevos modelos de TI emergentes, que requerirán cambios culturales y de procesos.
Por el lado de los riesgos, la consultora estima que en 2020 habrá un mercado negro de venta de datos de vídeo y sensores, por lo que será necesario también disponer de medidas de seguridad mayores para proteger la privacidad.
En 2020, la seguridad de IoT supondrá, como consecuencia, un aumento del 20% de los presupuestos anuales de seguridad, desde menos del 1% actual.
“Y los grandes proveedores de seguridad ya han comenzado a adquirir nuevas empresas especializadas en IoT para apoyar sus primeros planes en este campo”, concluyó Schulte.