El Internet de las Cosas (IoT), definido por IDC como “la red de redes, compuesta de nodos únicos e identificables que se comunican entre sí, sin necesidad de acción por parte de un humano, a través de conectividad IP”, se refiere a un concepto de interconexión que lleva los objetos cotidianos a un plano mucho más interactivo, inteligente y digital.
Dichos objetos, como un reloj, un calentador de agua, un automóvil o una prenda de vestir, están sufriendo transformaciones graduales de manera aparentemente silenciosa, poco perceptible a los ojos de los usuarios. Sin embargo, la forma en cómo las grandes compañías responsables del desarrollo y comercialización este tipo de productos están cambiando sus definiciones de negocio hacia un mundo alineado a necesidades de usuarios a través de experiencias basadas en IoT, permite ver el potencial impacto que este salto tendría en la forma en la que consumimos y concebimos tales productos.
Las inversiones en IoT
En uno de los más recientes estudios elaborados por IDC, se analizó el IoT en nuestro país desde la perspectiva de tres grupos inversores: Empresarial, Consumo y Gobierno. Desde esa perspectiva, es evidente que las mayores inversiones en el corto plazo para el mercado de IoT en el país están directamente alineadas con la transformación de procesos en el mundo empresarial. En segundo término, se encontraría la aplicación de IoT relacionada a soluciones residenciales (consumo) y el tercer mayor destino de inversión corresponde a IoT en Gobierno.
La punta de lanza para la adopción de estas tecnologías (segmento empresarial) son las soluciones de Industria (como Manufactura) y Logística, con montos cercanos a los 534 y 352 millones de dólares, respectivamente, en lo que fue 2015.
Por una parte, los procesos de manufactura observan en el IoT una respuesta radical ante los incrementos de costos, pero sobre todo permiten rediseñar dichos procesos y hasta predecir posibles ineficiencias, como cuando una máquina será más susceptible a tener una falla o indicar el preciso momento en el cual debe aplicarse mantenimiento.
Ante este hecho, las empresas no dudan en adoptar tecnologías que, más allá de representar un beneficio económico, les conceden una ventaja competitiva.
Otras grandes aplicaciones de IoT en el mundo doméstico son las relacionadas con los dispositivos conectados de uso residencial, vehículos conectados y cuidado o monitoreo de la salud, con inversiones de 223, 75 y 18 millones de dólares para 2015, respectivamente.
Y en lo que se refiere al IoT en el sector Gobierno, el año pasado hubo una inversión cercana a los 154 millones de dólares para Ciudades Inteligentes, 65 millones para alumbrado público (Smart Grid) y 9.8 millones para transporte público.
¿Dónde se emplea el IoT en México?
Actualmente, la apuesta en IoT en nuestro país y América Latina se encuentra principalmente enfocada en 10 casos de uso:
- Operaciones de manufactura (Manufactura).
- Monitoreo de fletes (Transporte).
- Administración de flotas/activos (Transporte).
- Seguridad/Monitoreo del hogar (Consumo).
- Edificios inteligentes (Todas las industrias).
- Administración de activos de producción (Manufactura).
- Seguridad Pública y Respuesta aEmergencias (Gobierno).
- Smart Grid (Servicios Públicos).
- Vehículos conectados (Manufactura).
- Monitoreo Ambiental (Gobierno).
Los conceptos adoptados en las 10 verticales mencionadas son susceptibles de uso en distintos tipos de industria. Se espera que la visión de la directiva en esas empresas y su determinación para aplicarlas tendrá grandes impactos en la implementación, así como cambios transformacionales en sus negocios.
¿Y quiénes lo utilizan?
En este mismo estudio elaborado por IDC se encontró que, en México, el número de personas involucradas en la adopción de tecnología (incluyendo IoT) y los perfiles de las mismas está cambiando: el 42% de los involucrados tienen un perfil que conoce tanto de negocio como de tecnología dentro de sus organizaciones, es decir, un conocimiento híbrido.
Desafortunadamente, gran parte de las adopciones de tecnología siguen sucediendo de manera aislada: por una parte, los perfiles preponderantemente de Tecnología (como los CIO o los Gerentes de Sistemas) trabajan con el objetivo de seguir manteniendo la tecnología instalada, para añadir poco a poco lo que, a su consideración, traerá grandes eficiencias a la empresa. Por otro lado, los responsables de las demás líneas de negocio (Operaciones, Marketing, Finanzas y Recursos Humanos, entre otros) están enfocados en conseguir objetivos mediante la tecnología que serán encaminados al núcleo del negocio, tales como los incrementos de ventas y mayor generación de demanda. Cuando estos dos tipos de perfiles trabajan sin un plan en conjunto, se producen grandes ineficiencias que alejan a la compañía del concepto de una verdadera transformación y, por lo tanto, de una ventaja competitiva.
En México, se considera que apenas un 30% de las compañías están comprendiendo las grandes ventajas que aporta la Tercera Plataforma e IoT, pues para ellas es claro que la simple adopción de una tecnología que les permita hacer las cosas de “forma mejor” –sin realmente rediseñar sus procesos y objetivos de manera conjunta–, los acercará a una situación donde no habrá presupuestos suficientes, menores costos y tecnología. Es decir, una brecha insostenible.
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El autor de este blog, Oliver Aguilar, es Gerente de Telecom y Dispositivos Móviles para IDC México. Lo puede contactar en oaguilar@idc.com y en Twitter: @IDCLatin.