Scott Spardley es el CIO de HPE y tiene en su punto de mira un gran reto: el proceso de integración de los sistemas informáticos de HPE y CSC, operación anunciada el pasado mayo y que está previsto que concluya a finales de marzo de 2017. Ha hablado de ello con nuestros compañeros de la edición estadounidense de CIO.com.
Es ya veterano en estos asuntos, ya que en 2015 tras la división de HP en dos compañías diferentes (Hewlett Packard Enterprise y HP Inc), con el objetivo de satisfacer mejor las demandas de TI corporativa en un momento en el que las compañías alquilan software a través de Internet, tuvo que supervisar la división de seis centros de datos, que incluían 50.000 servidores y 2.800 aplicaciones que daban soporte a los sistemas de finanzas, cadena de suministro y ventas de cada compañía.
La escisión de HPE y HP fue difícil, pero Spradley dice que su actual reto es aún mayor. El tiempo para hacerlo es menor, ya que la fecha límite es el 31 de marzo de 2017, y la operación debe completarse a un costo un 20% menor a la llevada a cabo con HP.
Además, en esa operación los equipos se conocían y también los activos, mientras que en ésta todo es nuevo. Cuando el acuerdo se anunció el 24 de mayo, HPE desconocía la estrategia de centros de datos o de data warehouse de CSC, su capa de aplicaciones o incluso su modelo de organización de TI. CSC utiliza su propio brazo de servicios gestionados y eso presenta retos. Por ejemplo, un único sistema compuesto por múltiples activos tecnológicos podría ser proporcionado por el grupo A, que no es parte de la organización de TI, y luego otra parte la podría ofrecer el grupo G, que podría tener diferentes estándares de operación que el grupo A.
En la fusión de dos compañías es necesaria mucha racionalización de los activos de TI, para lo que se requieren acuerdos servicios de transiciones (TSA), que esencialmente indican cuál de las dos entidades que se fusionan es responsable de suministrar la infraestructura y los servicios a quién.
Por ejemplo, puede tener sentido enviar los sistemas A y B a CSC, pero si CSC tiene ya su propia versión del sistema B y eligen mantenerlo, y quieren el sistema A y HPE lo necesita, las dos compañías tienen que llegar a un acuerdo que funcione para ambas partes.
En definitiva, todo tiene que ser muy bien definido para eliminar complejidad y no incurrir en costos innecesarios ni pérdidas de tiempo, así como evitar inconsistencias.
-IDG.es