El Internet de las Cosas (IoT) –combinado con la computación en nube– es la plataforma de innovación que utiliza el Jet Propulsion Lab (JPL) de la NASA y que puede ser empleado por las empresas, aunque para ello hay que establecer la infraestructura de red adecuada. “En primer lugar, se requiere construir una red de IoT que esté separada de la red regular”, asevera Tom Soderstrom, el CTO IT de JPL. “Eso fue lo que hicimos, y nos dimos cuenta que era increíble”.
Esa separación es importante porque elimina las amenazas de seguridad cibernética que se esconden en el Internet abierto. Cuando se necesita que se comuniquen “construimos código o programas que hablan entre los dos”.
El objetivo para JPL y para las empresas debería ser experimentar libremente con dispositivos IoT de consumo económicos para descubrir si podrían tener usos prácticos de negocios, dice.
Por ejemplo, los sensores constituyen una gran parte de la tecnología IoT, y cada industria tiene su propio tipo. “Imagínese en la industria naviera, conocer la temperatura de cada contenedor”, explica Soderstrom. En otro caso “llevamos un vehículo del tamaño de un juguete (Rover), con el que puedes hablar y conducir, o hacer preguntas sobre Marte. Eso puede ser un modelo para aplicaciones en el mundo real”.
Soderstrom asegura que en la industria minera un robot similar podría descender para buscar mineros atrapados, y luego volver a emerger y conectarse a Internet para difundir lo que encontró y recibir nuevas instrucciones. “Imagina en la industria automotriz un camión (sin conductor) que recorre grandes distancias a través de Australia, donde no hay Internet, pero sigue adelante. Y cuando vuelve a haber cobertura, se conecta de nuevo”.
“Prueba y error”, sin fracasos
El bajo costo de los dispositivos IoT, combinado con el bajo costo de la computación en la nube, significa que las empresas pueden ahora ampliar los ensayos que realizan, y el fracaso experimental tiene menos consecuencias negativas.
“Cada nueva tecnología la ejecutamos en la nube. Si no funciona, está bien. No pagamos por ello mucho. Y entonces podemos probar mucho más rápido. Vivimos en una época de aceleración de las curvas exponenciales, y esta es una forma de aprovecharla “, añade.
Aunque IoT es importante, el cloud computing con su almacenamiento ilimitado y recursos de computación es la plataforma que impulsa el proceso. “(Es) donde podemos experimentar con IoT, con la realidad aumentada o virtual y todas las otras cosas que están llegando. De modo que si una empresa aún no está en cloud computing, es hora que lo haga”.