Ser un “Negocio Digital” es una aspiración de buena parte de las organizaciones modernas, que al desarrollar sus estrategias de tecnología, casi siempre llegan a las frases ya conocidas: “Ser Digital es un prerrequisito para ser exitosos”, “Si queremos sobresalir, es necesario pensar ‘fuera de la caja’” y “Necesitamos invertir en las nuevas tecnologías para poder consolidarnos como los nuevos ‘Uber’ de la industria”.
Por otro lado, las empresas y organizaciones que desarrollan tecnología coinciden en los mismos temas. Es decir, hay un consenso alrededor de la visión de largo plazo y al imperativo de alcanzarla. Pero si el objetivo es claro y si tenemos tantos recursos a la mano para alcanzarlo, ¿por qué son tan pocos los que lo logran? ¿Y por qué la percepción generalizada en las organizaciones es que las áreas de TI vamos demasiado lento?
Es claro que las fórmulas que conocíamos para llevar tecnología a las organizaciones ya no funcionan porque nos hemos movido –muy rápido– de un mundo de “Cadenas de Valor” a un entorno de “Redes de Valor” hiperconectado y exponencial.
En esencia, el problema es que las iniciativas de transformación digital tienden a ser tan estratégicas y tan de largo plazo que generalmente acaban como un documento de referencia que es recordado cada año durante los ciclos de planeación. No aterrizan.
Pero, ¿cómo conectar el “día a día” con los objetivos estratégicos de largo plazo?. Aquí te propongo seguir dos principios básicos:
Principio 1: Agrupar el portafolio de proyectos en Plataformas Digitales.
De la misma manera como Uber aprovechó una plataforma existente (millones de teléfonos conectados a la red) para desarrollar su modelo de negocio, la idea es crear plataformas digitales específicas para tu organización. Por ejemplo, dotar de teléfonos inteligentes a la fuerza de Ventas para tomar órdenes de compra y que en un futuro puedan ser utilizados como plataformas de entrenamiento o crowdsourcing. ¡Esto significaría tres proyectos con el mismo presupuesto!
Otro ejemplo sería crear una plataforma de Internet de las Cosas (IoT) que en principio sirva para monitorear una flota de camiones y que posteriormente pueda ser utilizada para monitorear el movimiento de empleados que cuenten con teléfonos inteligentes o el desempeño de las máquinas en una fábrica. De nueva cuenta, ¡tres proyectos con el mismo presupuesto!
Y es que el efecto multiplicador de las plataformas acelera el desarrollo digital.
Principio 2: Empoderar a las áreas de negocio
Cualquier transformación digital requiere tal cantidad de energía que ninguna área de TI podría ejecutarla por sí sola. La sugerencia aquí es aprovechar los recursos de las áreas de negocio para darles el papel protagónico en la transformación digital. Las áreas de TI debemos resistir la tentación de acaparar los portafolios de proyectos y debemos entender que nuestro éxito se da en función del éxito del negocio. Ellos son los que deben cantar victoria. Quid pro quo…
En resumen, estos son 5 consejos prácticos para acelerar tu iniciativa digital:
- Define las plataformas digitales que hacen sentido en tu organización
- Cede el protagonismo a tus compañeros de negocio.
- No inviertas más del 5% de la energía en desarrollar presentaciones ejecutivas. Pero, eso sí, dedica toda la energía que puedas a la ejecución.
- Fomenta espacios de innovación que faciliten el desarrollo de pruebas de concepto
- Confía en la creatividad de la gente. Dales herramientas y motívalos a explotarlas al máximo.