Actualmente, la hiperconectividad nos ha conducido hacia la era de la economía del conocimiento. Ya sea que estés corriendo, viendo televisión o trabajando, prácticamente cada actividad crea un rastro digital.
A medida que los dispositivos que van desde los relojes hasta los automóviles se conectan a Internet, el volumen de la información va en aumento: se estima que un auto sin conductor generará 100 gigabytes por segundo. Por otro lado, las técnicas de inteligencia artificial (IA) como del aprendizaje automático extraen valor de los datos. Los algoritmos pueden predecir cuándo un cliente está listo para comprar, si un motor necesita servicio o si una persona corre el riesgo de contraer una enfermedad. Por todo ello, se define que “los datos son el nuevo petróleo”.
Obviamente, una mayor dependencia de los datos implica un mayor riesgo en el caso de una brecha de seguridad. La transformación digital que marca el comienzo de esta nueva economía se está moviendo tan rápido que las organizaciones de TI pueden tener dificultades para mantener sus defensas al día.
Es por eso, que las empresas deben analizar de cerca sus procesos, funciones y herramientas de seguridad, de lo contrario, los riesgos aumentarán inevitablemente, y esto puede provocar fugas de propiedad intelectual, insatisfacción del cliente, infracciones de cumplimiento, daños a la reputación y pérdidas financieras.
Para optimizar la seguridad y estar preparado para esta nueva era, las organizaciones necesitan:
- Una clasificación de datos rigurosa en toda la empresa que determine qué datos son confidenciales, internos o de identificación personal. Muchas empresas todavía no cuentan con un sistema de clasificación sólido, por lo que carecen de una idea clara de cuán relevantes son.
- Sistemas de seguridad de TI para acceso seguro: este aspecto de seguridad de la información requiere una solución de gestión de identidad y acceso (IAM), acceso VPN a recursos corporativos y herramientas de prevención de fuga de datos (DLP) para evitar la pérdida de datos o amenazas internas.
- Una plataforma de colaboración de contenido (CCP): una plataforma que proporciona un intercambio de información seguro y controlado de forma centralizada incluso en entornos de varias nubes, lo que minimiza el riesgo de pérdida de datos.
- Espacios de trabajo virtuales y administración de puntos finales: Las organizaciones deben homogeneizar el acceso de los usuarios finales a los recursos corporativos a través de una plataforma de espacio de trabajo virtual, lo que permite un control centralizado de todos los recursos.
- Un perímetro definido por software: las redes inteligentes, provistas de controladores de entrega de aplicaciones y software de análisis, extienden el control contextual y la supervisión del comportamiento más allá del centro de datos tradicional. Esto permite que el departamento de TI proteja los datos de forma proactiva, detecte infracciones y mitigue el riesgo en toda la empresa.
En conclusión, dada la creciente importancia de los datos para la economía moderna, las organizaciones deben reevaluar el estado de sus procesos, herramientas y roles de seguridad de la información. Un enfoque de seguridad integral es la única forma de proteger información valiosa y evitar riesgos.
–Carlos Macías, Country Manager de Citrix México