La evolución natural de las noticias falsas (fake news, en su voz inglesa) ya es una realidad; los deepfakes son los videos manipulados que ya están convirtiéndose en la nueva arma de influencia política. Por ello, las grandes plataformas de Internet buscan soluciones para que no se cuelen estos archivos entre sus contenidos.
Una de las más originales es la de Google que, copiando las sofisticadas técnicas de los ciberatacantes, lanzó una base de datos con 3,000 falsificaciones para alterar rostros o cambiar las palabras de los actores que protagonizan los videos.
“Ya que el ecosistema se está moviendo muy rápidamente, estamos trabajando con terceros y añadiendo datos a nuestras soluciones”, declaró la firma en su blog oficial. “Creemos firmemente en el apoyo a la investigación para mitigar los posibles daños causados por el mal uso de estos medios”.
Por lo pronto, esta base de datos se incorporará al trabajo para combatir las falsificaciones que realizan la Universidad Técnica de Múnich y la Universidad de Nápoles Federico II. Estos centros han creado una base de datos similar utilizando cuatro técnicas comunes de manipulación de caras en casi 1,000 videos de Youtube. La unión de estas fuerzas tratará de crear herramientas de detección automatizadas para detectar falsificaciones.
Otra de las compañías que ha puesto el foco en los deepfakes es Facebook que –envuelta en varios escándalos de fuga de datos–, no quiere que se introduzcan estos videos en los perfiles de los usuarios. La red social anunció el establecimiento de un fondo de 10 millones de dólares para mejorar la manera de detectar estas mentiras.