La Universidad Tecmilenio presentó un simulador clínico para el desarrollo de habilidades para el trato con el paciente, convirtiéndose en la primera universidad en Latinoamérica que utiliza este tipo de simuladores. Esta herramienta comenzó a utilizarse el 24 de febrero de este año.
La doctora Gabriela Ortiz, decana de la Escuela de Bienestar y Salud de esta institución, explicó que este simulador brinda un ambiente seguro y controlado en el que se pueden practicar diferentes situaciones relacionadas con la psicología y nutrición, como la consulta, terapia, entrega de resultados de laboratorio, informar de diagnósticos o noticias difíciles de comunicar al paciente o sus familiares. Todo esto recreando un ambiente hospitalario mientras interactúan con un paciente virtual.
Para usar la herramienta, el alumno debe agendar la simulación en los horarios establecidos por el profesor del área y atenderla desde una computadora con internet y cámara web. Una vez abierta la herramienta, el alumno recibe la información del caso y las indicaciones como, por ejemplo, los resultados que debe entregar. Inmediatamente, el simulador crea un ambiente hospitalario, de oficina o consultorio según sea el caso con un avatar en 3D del paciente virtual con el que deberá interactuar el estudiante.
“El simulador permite cambiar todo el entorno y siempre pueden aparecer diferentes avatares. Puede ser un niño, un anciano, o múltiples personas como en una terapia de pareja o en la consulta de un padre con su hijo. Reaccionamos diferente dependiendo el sexo o la raza del paciente y esta herramienta te dará una variedad de personajes con apariencias y voces diferentes”, mencionó la doctora Ortiz.
El paciente virtual detecta, a través de la cámara de la computadora, las reacciones del alumno, como gestos, actitudes y distracciones como el uso del celular. Ya que, del otro lado de la pantalla, un especialista de simulación conectado a diversos sensores de movimiento interpreta al paciente con base en la información del caso, ajustándose al avatar y utilizando el modificador de voz adecuado según sea necesario para interpretar al paciente virtual.
Cuando los avatares se combinan correctamente con los humanos que los controlan es posible inducir comportamientos y respuestas emocionales, logrando que los usuarios del simulador empaticen con las condiciones del avatar conectando tanto el lado emocional como el lado cognitivo del cerebro durante la práctica y el aprendizaje.
La herramienta permite cuantificar también los tiempos de silencio y la duración de la simulación mientras graba la interacción entre el estudiante y el paciente para que el profesor pueda revisarlo posteriormente y dar una retroalimentación.
Con el simulador clínico, los alumnos de segundo a octavo semestre de las carreras de psicología y nutrición podrán cimentar las habilidades necesarias para el trato con el paciente antes de sus prácticas con pacientes reales permitiendo sobrellevar las dificultades de las primeras interacciones con el paciente en un ambiente controlado sin riesgo para este.
“No se trata de sustituir la interacción final; sino prepararlos para que lleguen a las prácticas presenciales con más herramientas. De esta forma, la tecnología les ayuda a nuestros estudiantes a desarrollar empatía para el momento en que tengan que interactuar con los pacientes reales”.