El término ‘hacker’ nos lleva a un imaginario colectivo en que la percepción es peyorativa. Es decir, se suele asociar con un ciberdelincuente. Pero no es así, exactamente.
En su definición, hacker es aquel que trata de introducirse y encontrar las vulnerabilidades de los sistemas TI con el objetivo de mejorar su protección.
No tiene por qué ser aquel que explota una computadora y luego pide un rescate millonario a cambio de descifrar los archivos.
Una información de Forbes ha puesto de relieve que la compañía HackerOne ha pagado más de 100 millones de dólares y estima que, para 2025, alcanzará los 1,000 millones.
Este tipo de profesionales, también llamados “hackers éticos” o de “sombrero blanco”, son muy demandados. De hecho, la plataforma, que otorga recompensas por encontrar errores informáticos, tiene ya entre sus filas a más de 700,000 de estas figuras. Esta organización conecta a los hackers con las empresas (más de 2,000), clasifica sus vulnerabilidades y garantiza que sus equipos de seguridad obtengan informes sobre esas brechas. Los hackers cobran en función de la gravedad de las vulnerabilidades encontradas.
La primera recompensa, en el año 2013, fue de 475 dólares. Algo que ha aumentado considerablemente seis ejercicios después. Tan sólo en 2019, HackerOne pagó cerca de 40 millones de dólares en recompensas. Muchos de estos hackers se han hecho millonarios.
En declaraciones al medio, el CEO de la compañía, Marten Mickins reveló que su plataforma ya ha entregado cerca de 170,000 documentos de brechas a sus clientes. “Si el costo promedio por incumplimiento es de ocho millones de dólares, hemos ahorrado a las empresas decenas de miles de millones”, aseguró. “Estimamos que aún existen unas 100 millones de vulnerabilidaes de seguridad activas”.