El apagón de seis horas que Facebook sufrió el lunes (afectando también a WhatsApp e Instagram) ha avivado el debate sobre las prácticas de la compañía dirigida por Mark Zuckerberg y los esfuerzos que realiza en materia de seguridad y contenidos. Tras la caída, varios legisladores estadounidenses han acusado a la tecnológica de primar sus ingresos por encima de la seguridad del usuario, tanto en los datos que se trata como en los daños mentales que puede generar en diferentes estratos de la sociedad como la infancia.
Y, por si fuera poco, la responsable de filtrar una serie de investigaciones confidenciales sobre la multinacional, France Haugen, (foto superior) ex gestora de productos en el equipo de integridad de la compañía, ha declarado ante el subcomité de comercio del Senado. “Los líderes ejecutivos de la compañía saben cómo hacer que Facebook e Instagram sean más seguras, pero no harán los cambios necesarios porque ponen sus astronómicas ganancias por delante de las personas”, ha dicho. “Se necesita la acción del Congreso”.
Ante estas palabras, Zuckerberg ha lanzado un comunicado en el que aseguró que “el argumento de que promovemos deliberadamente contenido que enfada a la gente para obtener ganancias es ilógico. Ganamos dinero con los anuncios, y los anunciantes nos dicen constantemente que no quieren que su publicidad esté junto a contenido nocivo. No conozco a ninguna empresa de tecnología que se proponga crear productos que depriman a las personas”.
Según lo filtrado por Haugen, lo que ya se conoce como Facebook Files, hay documentos que muestran el trato distinto de la empresa hacia celebridades, políticos y demás usuarios de la red social. Asimismo, reveló una demanda de un grupo de sus accionistas que alega, entre otras cosas, que el pago de 50,000 millones de dólares a la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos para resolver el escándalo de Cambridge Analytica fue tan alto porque estaba diseñado para proteger a Zuckerberg.