CIO.com habló con tecnólogos ucranianos cuyas historias muestran su determinación y compromiso de mirar hacia adelante, a pesar de la destrucción y la incertidumbre que se infligen en su tierra natal.
A principios de este año, cuando las tropas rusas se concentraron a lo largo de la frontera con Ucrania, Beewise, con sede en Israel, ofreció reubicar a cada uno de sus tecnólogos con sede en Ucrania y hasta 10 de sus familiares con todos los gastos pagados durante seis meses.
Diana Lisovenko, ingeniera de software radicada en Kiev, la capital de Ucrania, decidió quedarse. Ella pensó que las posibilidades de guerra eran escasas.
“Creí que había un 5% de posibilidades”, recuerda. “¿Quién hubiera pensado que en el siglo XXI sucedería algo así?”.
En una sesión vía Zoom a mediados de marzo, Lisovenko dijo que pasa sus mañanas como voluntaria transportando alimentos a los residentes restantes de la ciudad y a los soldados que los defienden, conduciendo un automóvil que alquiló a fines de febrero justo cuando Rusia comenzó el ataque a su país.
“Por la mañana, es mucho más seguro conducir el automóvil”, señaló Lisovenko, y agregó que ella y su perro se hospedan en el apartamento de una amiga en Kiev.
Sin embargo, a pesar de la guerra, su nuevo trabajo voluntario, las sirenas de advertencia, las explosiones y la continua oferta de su empresa para reubicarla, Lisovenko, de 30 años, afirmó que se quedará en su ciudad y seguirá trabajando.
Dijo que a diario trata de iniciar sesión después de las 12 del día y que encuentra consuelo al conectarse con sus colegas y tener algo de normalidad en su día. Agradece la posibilidad de seguir trabajando, y que el apoyo emocional de sus colegas la han ayudado a seguir adelante.
Muchas empresas no ucranianas, incluidas las organizaciones con sede en Estados Unidos tienen trabajadores en Ucrania, y una parte importante de esas empresas emplean a tecnólogos ucranianos.
La firma de investigación Gartner estima que hay más de 1 millón de profesionales de TI en Rusia, Ucrania y Bielorrusia en total.
En su informe Impacto de la invasión rusa de Ucrania en los servicios de ingeniería de software, de febrero de 2022, Gartner señala que la mayoría de los integradores de sistemas de nivel medio y grande tienen alguna presencia en esos tres países. Agrega que muchas empresas de productos de software tienen centros de desarrollo en la región. Dada la importancia de la región para la subcontratación de TI, la crisis de Ucrania también ha puesto al mercado global de TI en el límite .
CIO.com habló con Lisovenko y otros tres tecnólogos ucranianos que permanecieron en su país de origen para conocer sus experiencias mientras vivían y trabajaban durante la guerra. Estas historias muestran su determinación y compromiso de mirar hacia adelante a pesar de la destrucción y la incertidumbre que se infligen en su tierra.
Una “distracción benéfica” ante las amenazas
“Todavía estamos aquí; estamos peleando. Estamos luchando por la democracia”, aseveró Valerii Sukhov, líder del equipo de ingeniería de Beewise, que fabrica una colmena autónoma con un apicultor robótico integrado.
Sukhov, de 30 años, que ha trabajado en Beewise durante dos años, confiesa que él tampoco creía que la guerra fuera probable.
“Llegué a algunas conclusiones de que algo podría pasar”, recuerda. “Pero es bastante difícil entender cómo tus vecinos que decían ser tus ‘hermanos y hermanas’ podían atacarte por la mañana sin una buena razón”.
Sukhov había estado viviendo en Kiev, pero se mudó con su esposa y su hijo de 3 años al oeste de Ucrania; se alojan en la casa de la familia de un amigo cerca de la ciudad de Ternopil, junto con media docena más de refugiados.
Al igual que otros, Sukhov dijo que se apresuró a conseguir comida y dinero en efectivo del banco justo antes y cuando comenzó la invasión rusa, pero que ahora no ha enfrentado tantos desafíos para obtener lo básico. Afirmó que él y su familia están a salvo. No están cerca de las líneas del frente, aunque han estado escuchando las sirenas de advertencia.
Sukhov aprecia las ofertas de reubicación de su empresa, aunque él mismo no puede irse legalmente, ya que hay órdenes gubernamentales que exigen que los hombres de 18 a 60 años deben permanecer en Ucrania. “Eso es lo correcto en esta situación particular”, dijo.
Las empresas se han esforzado de varias maneras para apoyar a los trabajadores ucranianos, pero Sukhov explicó que les resulta difícil hacer mucho para cambiar la situación sobre el terreno. “Desde mi perspectiva, no hay muchas cosas que las empresas puedan hacer por nosotros. Pero el apoyo es bueno”.
Más aún, “los ucranianos están muy agradecidos con los países que quieren ayudarnos de todos modos”.
A pesar de los cambios repentinos y dramáticos en Ucrania y en sus circunstancias personales, Sukhov declaró que continúa trabajando y lo calificó como una “distracción benéfica”.
“El trabajo es lo que puede ayudarte a salir de tu situación. Estás cambiando tu enfoque de las noticias de lo que está pasando en el país”, añadió.
Sukhov, quien también se conectó por videoconferencia a mediados de marzo, dijo que las conexiones de telecomunicaciones de su área siguen siendo sólidas y confiables, por lo que puede conectarse con sus colegas en Ucrania, Israel y otros lugares.
Aguantando, pese a la agitación
Aunque Sukhov y otros agradecieron la “aparente normalidad” que les brinda el trabajo, cada uno reconoció el peso de la incertidumbre que enfrenta.
“El futuro está ahora sobre los hombros de los políticos y el ejército”, dijo Sukhov. “Sólo estamos esperando y esperando”.
Timofii Vlasov, ingeniero de automatización de control de calidad de Totango, fabricante de una plataforma de éxito del cliente, dijo que él también encuentra que el trabajo lo ayuda a distraerse de las realidades sombrías y su constante estado de alerta.
“Los primeros días estás en suspenso. Fue alarmante. Pero no puedes mantenerte todo el tiempo en ese estado. Necesitas algún tipo de distracción de todas estas cosas que suceden en Ucrania, por lo que el trabajo es una buena solución”, dijo, y explicó que cuando los colegas lo involucran en el trabajo “te olvidas de todo lo que sucede a tu alrededor al menos por un momento. ”
Eso, sin embargo, desmiente las dificultades de las nuevas condiciones en las que él y otros viven ahora.
Vlasov, de 33 años, quien ha trabajado para Totango durante los últimos cuatro años, dejó Kiev cuando comenzó la guerra y se mudó al área de Odessa para quedarse con su hermano y su cuñada. Compartió que se enfrenta a malas conexiones a Internet y debe planificar tiempo adicional para abordar las actividades típicas, como comprar alimentos, ya que a menudo hay largas filas en las tiendas. Se ofreció como voluntario para ayudar a la defensa local y ha donado dinero para apoyar las necesidades civiles y de defensa de Ucrania. También tiene que refugiarse varias veces al día (a menudo por la noche) cuando suenan las advertencias, señalando que a menudo busca refugio en el sótano de su edificio. Reconoció que no es a prueba de bombas y agregó que muchos ucranianos no pueden mudarse constantemente a lugares más seguros.
“Empiezas a confiar en los números de que no te va a pasar a ti”, dijo Vlasov, y agregó que su enfoque principal ahora es la vida de los miembros de su familia y su seguridad. “Sólo estás tratando de hacer cosas que ayudarán a tu familia y cosas que ayudarán a tu país”.
Vlasov es uno de los 15 trabajadores ucranianos que emplea Totango, externó Amit Bluman, vicepresidente senior de ingeniería de Totango.
Bluman precisó que Totango había desarrollado un plan de emergencia en las semanas previas a la invasión rusa, aunque Bluman dijo que “nunca pensamos que tendríamos que usarlo”.
Totango, como muchas otras empresas, se ha ofrecido a reubicar a los trabajadores fuera de Ucrania y ha ampliado otras ofertas de apoyo. Bluman dijo que sólo una persona se mudó a otro país, mientras que el resto del equipo se quedó en su tierra natal.
La compañía continúa ayudando como puede, y para ayudar a encontrar una vivienda segura dentro de Ucrania para un trabajador y su familia, dijo Bluman. Señaló que la compañía no obliga ni espera que su personal ucraniano esté trabajando en este momento.
Totango
“Queremos que se sientan seguros y que cuiden de sus familias”, dijo. “[Estamos] apoyándolos, eso es lo más importante que podemos hacer por nuestro equipo”.
Artem Horovoi, de 23 años, ingeniero full stack de Totango, señaló que llama a su familia y amigos por la mañana y luego se va a trabajar. Al igual que su colega Vlasov, Horovoi ha estado contribuyendo a los esfuerzos civiles y de defensa locales. Dijo que está en un lugar seguro con telecomunicaciones confiables y que él también se mantiene al día con el trabajo.
Pero reconoció que temas más apremiantes a menudo llenan su mente.
“Pienso en mi familia”, dijo, “y sólo pienso en cómo quiero que termine todo esto en poco tiempo”.
Mary Pratt, CIO.com