Se ha producido un cambio radical en quienes son responsables de liderar y defender la ética de la Inteligencia Artificial (IA) en una organización: un estudio global elaborado por el IBM Institute for Business Value (IBV) reveló que el 80% de los encuestados señalaron a un ejecutivo no técnico -el CEO- como el principal “promotor” de la ética de la IA, lo que constituye un fuerte aumento, comparado con el 15% que se consideraba en 2018.
Además, el 89% de los encuestados en América Latina cree que la ética es una fuente de diferenciación competitiva.
En este estudio –para el que se encuestaron a 1,200 ejecutivos en 22 países en 22 industrias– también indica que, a pesar de un fuerte imperativo para el avance de la IA confiable, sumado a un mejor desempeño en comparación con sus pares en sostenibilidad, responsabilidad social, diversidad e inclusión, todavía existe una brecha entre la intención de los líderes y las acciones significativas.
Latinoamérica: coincidencias en principios y valores
En el caso de América Latina, los ejecutivos parecen ser más optimistas, ya que 66% de los encuestados aseguraron que las prácticas y acciones de su organización coinciden (o superan) sus principios y valores declarados, ubicándolos detrás de América del Norte (81%) y Japón (71%) para la misma pregunta. Esto es más notable si se considera el índice del promedio global, donde menos del 20% estuvo de acuerdo con esto.
Asimismo, el 21% de los encuestados de América Latina consideró que los CEOs eran los más responsables de la ética de la IA, y el 64% de los participantes designaron al CEO y otros ejecutivos C-Level como una fuerte influencia en la estrategia de ética de su organización.
Además, el 67% de los encuestados señaló que el directorio de una organización tiene una gran influencia, así como la comunidad de accionistas (60%), los empleados (59%) y los clientes (56%) en América Latina.
Más allá de un “problema de cumplimiento”
Dado que muchas empresas en la actualidad utilizan algoritmos de IA en sus negocios, se enfrentan a crecientes demandas internas y externas para diseñar estos algoritmos para que sean justos, seguros y confiables. Sin embargo, “ha habido poco progreso en la industria en la incorporación de la ética de la IA en sus prácticas”, afirmó Jesús Mantas, Global Managing Partner, IBM Consulting.
“Los hallazgos del estudio IBV demuestran que construir una IA confiable es un imperativo del negocio y una expectativa social, no sólo un problema de cumplimiento. Como tal, las empresas pueden implementar un modelo de gestión e incorporar principios éticos en todo el ciclo de vida de la IA”, aseveró Mantas.