La inteligencia artificial existe desde hace varias décadas; sin embargo, los desarrollos más recientes —impulsados por una mayor capacidad de cómputo— permiten a las empresas aprovechar los datos de una mejor manera, principalmente para optimizar costos, mejorar el relacionamiento con los clientes o incrementar los ingresos.
No obstante, así como la inteligencia artificial puede generar muchos beneficios para las organizaciones, también existen riesgos asociados a su uso; por ejemplo, podría ser utilizada con mala intensión para influir en las decisiones de las personas o ejecutar acciones que podrían ir en contravía de la ética de los negocios. Por esta razón, una de las principales preocupaciones para cualquier compañía, es que los responsables de los desarrollos que usan esta tecnología cumplan con los lineamientos generales que existen alrededor de la inteligencia artificial.
Con esto en mente, presento tres claves que las empresas deben considerar para diseñar un marco ético en torno al uso correcto de la inteligencia artificial dentro de sus organizaciones.
- Inspirar confianza en los consumidores
Para incrementar la confianza y fortalecer su presencia en el mercado, las organizaciones podrían emitir comunicados en donde informen sobre su compromiso en el manejo responsable de los datos y el uso ético de la inteligencia artificial.
Es probable que en el futuro existan organismos que certifiquen que los modelos de inteligencia artificial diseñados por las empresas cumplen con lineamientos éticos generales. De esta forma, las compañías podrán certificar el uso que dan a la inteligencia artificial, de la misma manera en que; por ejemplo, hoy en día existen organismos que certifican el uso de productos de origen orgánico. Mientras esto ocurre, es importante que las organizaciones se comprometan informar a la comunidad sobre el manejo que dan a la inteligencia artificial.
- Aprender y asesorarse
Al ser un tema tan novedoso, muchas empresas no cuentan con el conocimiento al interior de la organización sobre el uso adecuado de los datos y la inteligencia artificial. Por ello, apoyarse en especialistas o firmas de asesoría se convierte en una muy buena opción.
Los asesores especializados en estos temas pueden ayudar a las organizaciones a cumplir con los lineamientos éticos, garantizando que los ecosistemas autónomos tomen decisiones que respeten la privacidad de los datos, no influyan indebidamente en las decisiones de una persona y no divulguen información sensible.
También es importante apoyarse en firmas especializadas en temas legales que pueden ayudar a las organizaciones en el cumplimiento de las regulaciones que existen alrededor del uso y aprovechamiento de los datos de clientes.
- Monitorear y anticipar
Al anticiparse, las compañías pueden mitigar los riesgos sociales, éticos y cibernéticos asociados a la inteligencia artificial, posicionándose para el crecimiento incluso cuando las presiones geopolíticas hacen que el futuro se vea cada vez más opaco.
Es clave adoptar un monitoreo avanzado y planificar escenarios para representar las acciones ante cualquier alteración. Las empresas deben revisar regularmente su cartera de activos, ecosistemas y cadenas de suministro para evaluar cómo la inteligencia artificial impacta cada aspecto del negocio. Gestionar estratégicamente los nuevos sistemas traerá beneficios a toda la organización.
Muchas compañías reconocen los resultados positivos y el potencial de la inteligencia artificial para incrementar la productividad. Para poner en perspectiva, de acuerdo con el estudio EY CEO Outlook Pulse—elaborado en julio de 2023—, el 65% de los 1200 líderes de negocios que participaron en la encuesta están de acuerdo con que la inteligencia artificial es una fuerza benéfica que impulsa la eficiencia empresarial y, por lo tanto, crea resultados positivos para la sociedad, como las innovaciones en tratamientos de atención médica.
Como mensaje final me gustaría destacar que la inteligencia artificial, como muchos desarrollos tecnológicos que han aparecido a lo largo de la historia, puede tener efectos positivos y negativos. La responsabilidad y el deber que tenemos todos es procurar y vigilar su uso apropiado para el bien de la humanidad.
-Nelson Beltrán, Socio Líder de Data &Analytics, EY Latinoamérica