La destrucción de las torres gemelas en el 2001 nos obliga a recordar cada año los errores en información y seguridad nacional. Le comparto algunas lecciones que deja ésta tragedia para la administración pública.
La primera lección: desarrollar un sistema de información gubernamental. Los terroristas llegaron a los aviones porque sabían que existía una vulnerabilidad en la información gubernamental: nadie se fijaba en los pasajeros. Nadie conocía su historia. Nadie sabía que habían estado preparándose con clases armando bombas. Un sistema de información gubernamental que cumple el objetivo de recolectar información, clasificarla, analizarla y compartirla con los tomadores de decisiones habría advertido un peligro potencial.
La segunda lección son los datos abiertos. Los datos gubernamentales siguen encerrados en bases de datos propiedad del funcionario que los captura, genera y analiza. Como perro fiel, el funcionario se siente propietario de los datos que tiene en su poder. Si no se crean las condiciones para que los datos se abran, convirtiéndose en datos abiertos, no podrán fluir adecuadamente hasta llegar a la toma de decisión.
Tercera lección: compartir los datos para generar conocimiento. En seguridad nacional nadie pudo hacer la conexión de que el FBI había arrestado días antes un potencial terrorista; ni que la policía local de Nueva York sospechaba de otro. Sin duda, no podrían saber lo que se venía, una estrategia combinada y orquestada por varias células terroristas independendientes entre sí, pero con un objetivo común.
Cuarta lección: apoyarse en la tecnología de información para cambiar el gobierno. La resistencia gubernamental para usar tecnologías siempre ha existido porque vulnera privilegios de poder, expone deficiencias y problemas, pero sobre todo obliga a la reorganización. Los datos masivos que tenían policías, detectives y militares estaban tan desorganizados que era imposible descubrir una conspiración terrorista. Pero una red neuronal, un aprendizaje de máquina sí podía mostrar tendencias y generar recomendaciones para ayudar a detectar alguna amenaza.
Quinta lección: generar protocolos de emergencia de datos. En situaciones de crisis es preciso tener procedimientos que rebasen los obstáculos burocráticos tradicionales para poder actuar con rapidez y generar resultados contundentes que impacten en el problema en cuestión. La administración Bush se congeló en la crisis. No supo reaccionar y tomaron decisiones cuestionables y equivocadas que después fueron clave para enfrentar el problema. En suma, en estos tiempos de grandes olas de información generadas diariamente, los problemas de ingobernabilidad nos obligan a pensar que no se aprendió de la lección de inicios de siglo. Los gobiernos aún no tienen sistemas de información probados y confiables, no abren sus datos, no se apoyan en Inteligencia Artificial y tampoco logran detener los obstáculos que les impiden tomar mejores decisiones en tiempos límite. Esperemos que el 11-S no se repita en el futuro.
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El autor de la columna “Tecnogob”, Rodrigo Sandoval Almazán, es Profesor de Tiempo Completo SNI Nivel 2 de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo puede contactar en tecnogob@pm.me y en la cuenta de Threads @horus72.