La forma de enseñar avanza hacia lugares insospechados. Los estudiantes consultan información desde Internet para aumentar sus conocimientos o para confundirlos más. La carretera de la información ha sido el puente entre millones de mentes y comparte a cada segundo los datos de una vida. ¿Cómo enseñar bajo este contexto?
El tema es muy amplio para analizarlo en estas líneas, por eso le propongo tres ideas iniciales.
La primera forma de enseñar es mediante YouTube. Esta herramienta es la más consultada en México, después de Facebook. Hoy en día se puede encontrar un video de casi cualquier cosa: desde hacer un pastel hasta construir una bomba. La ventaja del video combina audio e imagen y transmite con mayor facilidad conocimientos.
Cientos de conferencias en la plataforma TED demuestran que se puede enseñar en línea. El modelo de enviar conocimientos en videos cortos ha demostrado ser efectivo. Otra ventaja es que puede pausar el video o repetirlo muchas veces hasta que la idea quede clara.
Sin embargo, YouTube no sólo ha servido para compartir conocimientos, sino también para desinformar. Los llamados YouTubers, muchos de ellos ahora millonarios, han hecho sus fortunas difundiendo mensajes políticos, análisis personales e incluso fomentando el miedo y el odio. Otros YouTubers han optado por crear públicos fieles a pasatiempos, entretenimiento y modas. Pero todos mandan información que permite complementar el aprendizaje tradicional.
La segunda forma de enseñanza que se está desarrollando es la realidad virtual. Es una inmersión de los sentidos en mundos virtuales, donde, a través de avatares o personajes digitales, es posible interactuar con la información. La diferencia con YouTube es que éste comunica en una sola dirección y el receptor es pasivo. En la realidad virtual es posible interactuar con la información en dos direcciones: enviando y recibiendo. Por ejemplo, trasladarse a una Grecia virtual para aprender historia o matemáticas, hablando con Sócrates o Platón.
Esta forma suena prometedora y con muchas funciones que pueden ayudar que los aprendizajes sean más rápidos, pero aún no está disponible de forma masiva porque no todos tienen acceso a la gran cantidad de datos que se necesitan para ingresar a ella. Ni tampoco a los lentes de realidad virtual, audífonos o cascos que permitan la interacción.
La tercera forma de enseñanza es todavía más retadora: la enseñanza usando Inteligencia Artificial (IA). La gran ventaja de esta tecnología permite generar un programa personalizado, de acuerdo a las habilidades y necesidades de cada estudiante. Puede analizar si el estudiante necesita aprender alguna función matemática o desarrollar una habilidad lectora, la IA le sugiere ejercicios, retos o problemas de acuerdo a su capacidad y características personales con un plan personal por etapas hasta cumplir el objetivo.
Las últimas dos formas de enseñanza aún están en desarrollo, tardaremos un poco en llegar a ellas. Pero YouTube ha invadido ya la mente de millones de estudiantes y si no lo usamos para educar, los perderemos ahí. Las escuelas del futuro las estamos construyendo todos los días en nuestras mentes y las mentes de los alumnos, ¿Hasta donde queremos llegar?
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El autor de la columna “Tecnogob”, Rodrigo Sandoval Almazán, es Profesor de Tiempo Completo SNI Nivel 2 de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo puede contactar en tecnogob@pm.me y en la cuenta de Threads @horus72.