Las administraciones públicas ya están aprovechando las ventajas que ofrece la Inteligencia Artificial (IA): dos de cada cuatro organizaciones están centrando o van a centrar sus esfuerzos en mejorar la gestión de los riesgos y la ciberseguridad, trabajando en el avance de herramientas y soluciones de externos que adoptan en sus funcionalidades inteligencia artificial.
Así lo revela el análisis sectorial recogido en el informe Ascendant de Minsait (Indra Group) y que, bajo el título IA: radiografía de una revolución en marcha, analiza su grado de adopción en compañías privadas e instituciones públicas.
El mismo informe revela que, además de mejorar la gestión de riesgos y la ciberseguridad, el 48% de las instituciones se están centrando en casos de uso específicos del sector, como la optimización del modelo operativo de la administración, y el manejo de la información, entre otros. El 48% de las Administraciones también se está sirviendo de IA para la mejora de las operaciones del ciudadano, introduciendo funcionalidades como chatbots, automatización de respuestas o reclamaciones personalizadas, por ejemplo.
¿En dónde aplican la IA los gobiernos?
Según el informe, entre todas las razones que influyen en las administraciones públicas que han formado parte del estudio para comenzar a usar la IA o hacerlo de forma más intensa destaca la eficiencia y optimización de los procesos internos, ya que se trata de uno de los aspectos de mayor importancia para el 81% de las organizaciones entrevistadas. En un segundo lugar, el 41% menciona la optimización de la experiencia del ciudadano en la interacción con las diferentes administraciones entre las principales motivaciones para la adopción de la Inteligencia Artificial.
En referencia a las barreras que se encuentran en el momento de su aplicación, uno de los principales obstáculos para 3 de cada 4 instituciones públicas es la falta de visión y de cultura empresarial. En esta línea, para 1 de cada 4 administraciones otro factor a destacar es la falta de talento en el sector, sobre todo de perfiles especializados en el ámbito de la Inteligencia Artificial. Otras de las barreras que destacan hacen referencia a la falta de marco normativo estable y cumplimiento de privacidad (26%), infraestructura inadecuada y una oferta de mercado poco madura y contrastada (19%) y silos de conocimiento, así como la falta de modelos avanzados de gobierno y gestión del dato (19%).
Mejores servicios y menor gasto público
El impacto de la Inteligencia Artificial ha generado gran interés y elevadas expectativas, situándola como la próxima gran ola en la transformación digital de las administraciones públicas. La capacidad de automatizar tareas complejas y de alto valor añadido ofrece oportunidades sin precedentes para optimizar procesos gubernamentales, mejorar la eficiencia en la prestación de servicios y reforzar la toma de decisiones.
Esta oportunidad no sólo promete transformar el funcionamiento interno de las instituciones, sino también cumplir con las crecientes expectativas de una ciudadanía que mira con interés los avances por venir.
“En el último año muchas entidades y administraciones públicas han dado un giro estratégico hacia el uso del dato y la interoperabilidad de sus sistemas. El siguiente paso natural en su modernización es el desarrollo de aplicaciones basadas en IA, con dos objetivos clave: mejorar la eficiencia del gasto público y optimizar los servicios al ciudadano”, afirmó Luis Fernández Hernando, director global de Administraciones Públicas en Minsait.
En la quinta edición del Informe Ascendant Madurez Digital 2024, de Minsait, aborda el contexto y grado de adopción de la Inteligencia Artificial por parte de las empresas y las Administraciones públicas. Para ello, se ha analizado la información aportada por más de 900 organizaciones de España y otros países procedentes de 15 sectores diferentes de actividad.