Los riesgos cibernéticos podría provocar un shock global similar al producido por la crisis financiera de 2008, crisis que todavía está teniendo efecto. Así lo ha hecho saber el Grupo Zurich en un estudio en el que destaca que la dependencia de las Nuevas Tecnologías hace que las empresas e instituciones estén expuestos a riesgos de los que ni siquiera son conscientes.
“Los ciberataques que reciben las empresas se han incrementado notablemente en los últimos años, siendo cada vez más sofisticados y difíciles de prever”, asegura el estudio que destaca que durante 2013, “740 millones de archivos de datos pudieron ser robados en todo el mundo”, y según Online Trust Alliance, “el 89 por ciento se podrían haber evitado de haber contado con los mecanismos necesarios”.
Los riesgos de ser víctima de un ciberataque para una empresa van más allá de pérdida o destrucción de información. “Los sistemas operativos y productivos pueden verse inutilizados como consecuencia de la cada vez mayor dependencia de sistemas informáticos”, destaca el estudio. ¿Las consecuencias? Pérdida de beneficios y daños a la reputación, además de la pérdida de oportunidades de negocio.
Las organizaciones están expuestas a riesgos externos que en ocasiones ni siquiera son explícitos o conscientes. Además, los ciberataques no sólo suponen que las empresas sufran pérdidas o destrucción de información relevante, si no que sus sistemas operativos y/o productivos puedan verse inutilizados como consecuencia de la cada vez mayor dependencia de sistemas informáticos. Esto puede ocasionar interrupciones de la actividad empresarial/industrial que deriven en perjuicios cuantificables, como pérdidas de beneficios, y otros más difícilmente cuantificables, como son los daños a la reputación o las pérdidas de oportunidades de negocio.
Para tener una visión amplia y multidisciplinar de los ciberriesgos a los que se exponen las empresas, el estudio identifica siete grupos de riesgos principales que podrían llegar a provocar un fallo sistémico global.
El Grupo Zurich resalta la importancia que están adquiriendo “los profesionales en gestión de ciberriesgos” y avisa de que ésta se incrementará en el futuro. “Estos expertos deberán ir más allá de soluciones tecnológicas y protocolos de gestión interna, y deberán tener en cuenta en sus análisis el alto grado de interrelación que existe entre el ciberriesgo y otros tipos de riesgos”.