A excepción de 23 miembros de los más de 71 mil trabajadores de Cisco, se ha ocupado personalmente de seleccionar a cada uno de los empleados que forman parte de la compañía de sistemas de networking.
Dejando a aparte las circunstancias que han hecho posible este peculiar fenómeno encarnado en el CEO de Cisco, lo que queda claro es que Charmbers en el fondo, dirige la compañía del mismo modo a cómo lo hacía dos décadas atrás. Y también viene a dejar clara la extraordinaria personalidad y capacidad de trabajo de alguien que dirige el timón de una firma que cuenta con más de 71 mil empleados, que es capaz de apearse de su atalaya de gran compañía tecnológica para remangarse y sumergir sus manos hasta los codos en la fregadera de las tareas más arduas del día a día.
Otro ejemplo como el de Chambers puede encontrarse en otro personaje líder de la industria como es Michael Dell; quien se implicó en las tareas consideradas de “picar piedra” de la compañía durante un buen periodo de tiempo cuando Dell entró en dificultades. Otros ejemplos más recientes los encontramos en Oracle, donde Larry Ellison cedió las riendas de CEO a dos sucesores, Safra Katz y Mark Hurd. Chambers hizo alusión a este rol en la contratación de personal de la empresa durante el transcurso de una entrevista recientemente concedida a Bloomberg. “El CEO de Cisco sabía el nombre de todos los miembros del equipo de reporteros que le entrevistó, incluyendo a aquellos que no había conocido con anterioridad”, afirmó uno de los 11 reporteros enviados de Bloomberg.
Cuando se le pregunta por sus planes en el momento de su retirada Ellison siempre responde la misma frase: “la próxima vez que nos reunamos para hablar públicamente será el momento de realizar el anuncio”, un momento que no parece acabar de llegar. En esta ocasión, no obstante, dicen los presente que su tono de voz fue diferente. El CEO habló con entusiasmo de sus planes de futuro, a sus 65 años, y a la amenaza que representa para la compañía las tecnologías de conectividad definida por software; una aproximación que permite a los usuarios sustituir herramientas propietarias Cisco por software de código abierto corriendo en servidores que en el pasado costaban 3000 dólares.
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