El pasado mes de diciembre, Estados Unidos fue víctima de una brecha de seguridad que tuvo como principal consecuencia el robo de información de cuatro millones de empleados, exempleados y contratistas federales. Las primeras investigaciones apuntan a China como responsable, algo que ha negado el país asiático.
Los datos de cuatro millones de funcionarios estadounidenses, tanto actuales como retirados, se han visto comprometidos. Según publica Reuters, aunque el ataque contra la OPM (agencia gubernamental que recopila la información personal de los trabajadores federales) se produjo en diciembre, no se detectó hasta el pasado mes de abril.
Por el momento, no ha transcendido el tipo de información que ha sido comprometida, aunque según publican diversos medios de comunicación, los hackers se podrían haber hecho con los números de la seguridad social, los cuales son utilizados por millones de estadounidenses para realizar gestiones en Internet. El robo de estos facilitaría la suplantación de identidad y podría hacer que los usuarios fueran víctimas de fraude.
Las primeras investigaciones apuntan a China como responsable del mismo, algo que ha sido negado por el portavoz de la embajada de China en Estados Unidos, destacando que llegar a “conclusiones precipitadas” es “irresponsable y contraproducente” y ha destacado que su país está trabajando intensamente para luchar contra los ciberataques, aunque “rastrear ataques transfronterizos es difícil”.
A pesar de la negación de Pekín, las agencias de seguridad estadounidenses están convencidas que el ataque ha sido llevado a cabo por “una entidad o gobierno extranjero”. El FBI, por su parte, ha puesto en marcha una investigación para detectar a los responsables del ataque.
The Washington Post destaca que esta brecha es la segunda más importante que sufren los empleados federales en los últimos años, representa la segunda mayor intrusión de China en un año, y la segunda brecha de seguridad que sufre el Gobierno de Estados Unidos por agencias extranjeras en los últimos meses, tras la protagonizada por Rusia quien logró entrar en el correo electrónico de la Casa Blanca y del Departamento de Estado estadounidense.