El material más valioso ahora se encuentra en los datos. Mientras los equipos extraen mineral a cientos de metros de profundidad, miles de sensores capturan cada vibración, temperatura y movimiento para alimentar algoritmos que optimizan procesos, mejoran rutas y revelan patrones invisibles para el ojo humano.
La minería con datos ha dejado de ser un elemento abstracto para convertirse en una ventaja competitiva. De acuerdo con McKinsey & Company, las operaciones que implementan analítica avanzada pueden incrementar su productividad hasta un 10%, lo que refleja la importancia de la adopción de este enfoque para un crecimiento sostenible.
Para Zulma Herrera, socia y CEO de Mynotauro Co., la verdadera revolución minera ocurre en las pantallas, no en los túneles. “Cada perforación y cada tonelada de material proporciona información valiosa que, correctamente analizada, enseña oportunidades que antes dependían de años de experiencia y un concepto tan impreciso como el instinto”.
De la experiencia al conocimiento inteligente
Los profesionales con décadas de trayectoria solían detectar oportunidades por el comportamiento de las máquinas o las características de los materiales. Ese conocimiento ahora se potencia con modelos predictivos que procesan millones de variables simultáneamente en cuestión de minutos.
Los sensores instalados en excavadoras, camiones y sistemas de ventilación transmiten datos en tiempo real. Así, la inteligencia artificial cruza esa información con registros históricos, condiciones climáticas y precios de metales para tomar decisiones que maximizan la extracción y optimizan recursos.
“Esta transformación permite anticipar el mantenimiento óptimo de equipos críticos, ajustar la calidad de las mezclas según variaciones en la composición mineral y rediseñar rutas de transporte interno para ahorrar combustible y tiempo”, señala Zulma Herrera.
El valor oculto en los servidores
McKinsey & Company sugiere que la innovación en este tipo de tecnologías en el sector minero representa una oportunidad económica que podría alcanzar miles de millones de dólares anuales a nivel mundial. Este potencial transforma completamente la ecuación de rentabilidad de una industria que históricamente ha operado con modelos tradicionales.
Zulma Herrera lo explica con claridad. “Las empresas mineras que dominan la analítica de datos son capaces de proyectar con precisión la viabilidad de cada yacimiento, detectar zonas con mayor concentración de mineral valioso y optimizar el consumo energético de las operaciones”.
Además, la minería con datos impulsa la sostenibilidad. ¿Cómo lo hace? Los algoritmos calculan con exactitud cuántos recursos naturales se necesitan en cada proceso, perfeccionan el uso de maquinaria para reducir emisiones y recomiendan mejoras ambientales de forma proactiva.
Quien domina los datos, lidera la industria
“El sector minero vive una oportunidad única. Mientras algunas empresas operan con sistemas convencionales y hojas de cálculo, otras construyen centros de control digital donde ingenieros monitorean simultáneamente docenas de variables críticas desde cualquier lugar del mundo”, concluye Zulma Herrera.
Las compañías que adoptan este enfoque extraen más minerales con menos recursos, proyectan mercados con mayor precisión y operan con márgenes que parecían inalcanzables hace una década. No se trata de si las mineras deben o no invertir en esta tecnología, la pregunta es cuánto valor pueden crear al tomar esta decisión hoy.
