Cisco anunció un acuerdo con la INTERPOL, para compartir inteligencia sobre amenazas, lo que significa el primer paso para luchar conjuntamente contra el delito cibernético.
Esta alianza permitirá que las dos organizaciones desarrollen un enfoque coordinado y centrado en el intercambio de datos procesados por el centro mundial de ciberdelincuencia de INTERPOL, en el Complejo Global de Innovación (IGCI) de esta organización policial ubicado en Singapur. Esto no sólo permitirá la detección rápida de amenazas en todo el mundo, sino que también allanará el camino para una futura colaboración potencial en la capacitación y el intercambio de conocimientos.
Noboru Nakatani, Director Ejecutivo de IGCI, comentó, “el intercambio de información y experiencia entre los sectores público y privado es vital para combatir el cibercrimen. Ningún país o compañía puede enfrentar esta batalla solo. El acuerdo de INTERPOL con Cisco nos proporciona, junto con la aplicación de la ley en nuestros 192 países miembros, acceso a información importante sobre amenazas cibernéticas, que nos ayudará no solo a detectar ataques sino también a prevenirlos”.
John Stewart, Vicepresidente sénior, Director de Seguridad y Funcionario de Confianza en Cisco, señaló, “a medida que el cibercrimen continúa escalando en todo el mundo, los defensores de los sectores público y privado deben enfrentar la amenaza con la misma fuerza. La visibilidad y la inteligencia integral contra las amenazas en todo el dominio cibernético son fundamentales para permitir la detección, el análisis y la protección contra amenazas emergentes”.
La cartera de seguridad integral de Cisco está diseñada para trabajar en conjunto para detectar una amenaza una vez y detenerla en todas partes, cambiando la ecuación de seguridad. Además, Cisco bloquea 19.7 mil millones de amenazas al día a través de su Inteligencia de seguridad colectiva, habilitada por Cisco Talos Security Intelligence y Research Group.
El acuerdo de Cisco con INTERPOL respalda los programas de la organización, dirigidos tanto al “cibercrimen puro” como a los crímenes habilitados para la cibercomunidad para ayudar a los países miembros a identificar los ataques cibernéticos y sus perpetradores.