Un informe reciente de RightScale asegura que el 71% de las empresas encuestadas ha adoptado la nube híbrida, por encima del 58% del año pasado, pero la preocupación sobre el costo de esta opción se ha elevado desde el 18 al 26% en los últimos tres años.
El núcleo del problema radica en la necesidad de obtener mayor claridad en el desglose de los gastos en función del uso real, que tenga en cuenta los costos directos y medios más granulares para gestionarlo. Por eso es importante estandarizar un conjunto de etiquetas descriptivas para identificar la asignación de recursos con los centros de costos.
Pero hay unos pasos muy simples que permiten eliminar la confusión y la posible preocupación al respecto.
Las soluciones de infraestructura como servicio (IaaS), cuando se empiezan a desplegar los recursos, permiten contar con una serie de etiquetas descriptivas que ayudan a identificar y organizarlas. Para la mayoría de las herramientas de gestión de costos cloud, estas etiquetas asociadas a los recursos son una forma perfecta de segmentar directamente los costos. Esta estructura de etiquetas es fundamental para saber dónde están los costos.
Si se utiliza una cuenta de Servicios Web de Amazon (AWS), se podrá disponer de una solución nativa basada en etiquetas, si se activa el informe de facturación detallada de recursos y etiquetas. Esta activación proporcionará los datos del conjunto y podrá seguir analizando más en detalle.
A continuación, hay tres grandes decisiones que se deben tomar, en cuanto a su aplicación en su entorno concreto. Primero, es necesario equilibrar la forma en que va a utilizar las etiquetas porque las etiquetas de AWS se limitan a 10 por objeto. Equilibrar el uso funcional y la asignación de costos de las etiquetas requiere cierta ‘finura’ porque los desarrolladores e ingenieros de infraestructura pueden utilizar las etiquetas para cosas como agrupar y descubrir servicios, y si se monopolizan las 10 etiquetas de AWS para fines de facturación, puede afectar al resto de asuntos.
También tiene que ser capaz de etiquetar y ver cómo afecta el uso de esos recursos, ya puede afectar a la forma en que se utilizan estos servicios, una vez que se decida que se van a segmentar los costos.
Es necesario decidir también cuándo se deben etiquetar los recursos. Algunas organizaciones, sin saberlo, destruyen los recursos que no están etiquetados o que están etiquetados pero incorrectamente, como parte de sus rutinas de gobierno. Hay que tener cuidado con esto para evitar que el esfuerzo realizado en la segmentación de los costos, caiga en saco roto.
Productos de otras empresas ofrecen formas de identificar los recursos más intrincadas más allá del etiquetado, incluyendo el aprovechamiento de Amazon Resource Name (ARN) para establecer jerarquías, basadas en rutas de acceso, que puedan lograr una estructura más flexible y menos limitada. Si bien es mucho más flexible, también requiere un enfoque prescriptivo o automatizado. El uso de ambas aproximaciones es clave en el lanzamiento de los recursos.
Para asegurarse de que se establecen formas de ahorro correctas, también se puede incorporar alguna herramienta de terceros para agregar los datos de facturación y de utilización, o simplemente para extraer y presentar esta información.
-IDG.es