La constante evolución, así como la aparición de diferentes tecnologías en la era digital, tiene cada vez más impacto en diferentes ámbitos de la organización social. Las inversiones en las tecnologías de la información y comunicación en América Latina también se transforman de manera constante, lo cual genera un cambio a escala macroeconómica y, probablemente, confiera el desarrollo de una economía digital. De acuerdo con el más reciente estudio de predicciones de IDC, entre 2017 y 2020 seremos testigos del surgimiento de esta nueva economía.
Las empresas deben ser conscientes de esta transformación, pues su economía entonces se medirá a través de su capacidad para progresar en términos de rendimiento basado en la nube, la movilidad, la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas, la realidad virtual, y las transformaciones digitales nutridas por todas estas tecnologías.
Las predicciones de IDC afirman que el gasto total en las TI en América Latina alcanzará los 274.2 mil millones de dólares en 2017, esto incluye gastos en hardware, software y servicios de telecomunicación. Dicha cifra representa un 3.9% más que las inversiones registradas durante 2016.
Muchas industrias consideran que tienen un entendimiento claro de las tecnologías de la tercera plataforma y de sus capacidades, sin embargo, éstas se transforman y evolucionan de manera constante, lo que obliga tanto a las empresas como a los proveedores de tecnología a replantear su intención de utilizar tecnologías básicas.
Es necesario tener una estrategia que explote los beneficios de los cuatro pilares de la tercera plataforma, los cuales pueden aumentar la productividad de los empleados, pueden brindar seguridad en el intercambio de información, así como mejorar la colaboración desarrollando soluciones que se adapten a cada sector o actividad realizada por los distintos participantes de sus operaciones.
Combinar y adaptar estas herramientas de innovación mantendrá la presencia global de cualquier empresa.
La transformación digital alcanzará un fuerte impacto económico, por lo que en los próximos años las tecnologías que hacen posible esta transformación no serán sólo proyectos o iniciativas: las empresas se verán obligadas a prepararse para un nuevo orden mundial, adquiriendo nuevos modelos de negocio que les permitan ser parte de la reestructura de la economía global en esta era digital.
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La autora de este artículo, Adriana Torres Nava, es Country Head de Tata Consultancy Services (TCS) en México.