Quienes hayan visto la película “Monstruos Vs. Aliens”, de Dreamworks, recordarán que el nivel de seguridad para entrar a la sala de sesiones con el presidente y los altos mandos del ejército es extremadamente alto: deben pasar por lectores biométricos de manos, ojos, pies, lengua, codos y hasta de su trasero – cuando finalmente se presentan ante el presidente van subiéndose los pantalones y ajustándose el cinturón.
Aunque la seguridad biométrica se ridiculiza en esta película con fines chuscos, lo cierto es que este tipo de dispositivos logran un elevado nivel de protección con base en rasgos distintivos únicos de cada persona. Y también es cierto que su nivel de penetración en el mercado es mucho más profundo ahora: ya no solamente se utiliza como control de acceso a instalaciones de alta seguridad y corporativos, sino también como medio de validación de la identidad de los usuarios de equipos de cómputo, así como en celulares y tablets.
De hecho, fabricantes como Microsoft han lanzado ratones y teclados con reconocimiento biométrico de huellas dactilares a precios accesibles, lo que lleva a pensar que próximamente habrá más equipos con tecnología biométrica integrada de forma nativa en el sistema operativo, permitiendo que aquéllos olvidadizos de su contraseña accedan a sus archivos con sólo poner su dedo en el escáner del ratón.
Más aún: en caso de detectarse una brecha de seguridad, queda la evidencia de quién fue el responsable, pues el sistema guarda un registro preciso de las personas que accedieron y dicha evidencia no se puede refutar con un argumento tipo: “me robaron la contraseña”.
Por qué sí y por qué no
Cada vez más compañías utilizan los dispositivos biométricos, pero tuvieron que pasar por un largo camino de adecuaciones para evitar falsos negativos generados por cosas tan simples como no colocar el dedo exactamente en el mismo ángulo en que se puso la primera vez.
Actualmente, los sistemas biométricos se utilizan no solamente como un efectivo control de acceso, sino también como lista de asistencia de los empleados. En algunos casos, esta tecnología ha ayudado a reducir costos y agilizar los procesos al no requerir tantos recursos humanos para otorgar el acceso a las instalaciones.
Pero existen razones que frenan la adopción de esta tecnología, relacionadas con las implicaciones legales de recolectar información privada del personal, así como el miedo de que se pudieran propagar enfermedades si varias personas tocaban una misma máquina, especialmente en el sector sanitario. Sin embargo, existen soluciones que emiten un haz de luz infrarrojo dentro de la mano, lo que evita la preocupación de algunos empleados de tener que tocar algo sucio.
Definitivamente, una de las principales contras es el tema de la privacidad de los datos. A riesgo de amenazar la libertad y la privacidad, se requiere de un marco técnico y legal para distinguir entre los usos apropiados e inapropiados de la biometría. En este sentido, el jurista y político italiano Stéfano Rodotá dijo en una ocasión que “no todo lo que es tecnológicamente posible es también socialmente deseable, éticamente aceptable y jurídicamente legítimo. Si no se evalúa correctamente el impacto en la privacidad, las nuevas tecnologías implican el riesgo de dañar el derecho a la protección de los datos personales.”
Biometría a futuro
Después de ver tantas películas de espionaje en las que se utilizan dispositivos biométricos siempre cabe preguntarse: ¿Hacia dónde vamos? ¿Cuáles son los usos más viables a corto y mediano plazo en la vida real?
Ramón Brenna, catedrático de la Universidad de Buenos Aires, expuso en una conferencia algunas de las tendencias que vislumbra, incluyendo la incorporación de esta tecnología en cierto tipo de armamento de manera que quienes intenten poseerlos de forma ilegítima no puedan utilizarlos.
Otro uso que ya se explora en varios países es la creación de una base de identidad ciudadana que sirva para validar el derecho al voto en los procesos electorales; este tema, sin embargo, no es bien percibido por todos los ciudadanos, pues siempre surge la incógnita de qué se hace con los datos recabados, quiénes tienen acceso a ellos y cómo se protegen para evitar que un atacante obtenga la información personal de cientos de miles de personas.
Después de todo, así como las películas de ciencia ficción nos llevan a visualizar todos los beneficios de los sistemas biométricos a futuro, también nos dejan en claro que no son del todo invulnerables y siempre hay un súper agente o un extremadamente hábil hacker, capaces de pasar por alto y quebrar cualquier sistema de seguridad, con tal de obtener la información deseada.
En términos prácticos, esta tecnología, como cualquier otra solución de seguridad, aporta un método bastante fiable para reducir drásticamente las amenazas de intrusiones físicas ya sea a las instalaciones de una compañía, o incluso a un equipo de cómputo o sistema operativo.
Tipos de biometría
Estática: Es la que mide la anatomía del usuario. Comprende, entre otras:
a) Huellas Digitales
b) Geometría de la mano
c) Termografía
d) Análisis del iris
e) Análisis de la retina
f) Venas del dorso de la mano
g) Reconocimiento Facial
Dinámica: Es la que mide el comportamiento del usuario. Comprende entre otras:
a) Patrón de Voz
b) Firma manuscrita
c) Dinámica de tecleo
d) Cadencia del paso
e) Análisis gestual
Los datos obtenidos mediante las técnicas biométricas deben ser invariables (por un largo período), mensurables, singulares (un resultado único), aceptables (no invasivos), reducibles a un resultado de fácil contralor, confiables y respetuosos de la discreción del interesado.