LexisNexis Risk Solutions dio a conocer los resultados de su estudio El verdadero costo del fraude en América Latina. El informe anual, basado en una encuesta realizada por Forrester Consulting, revela que las empresas en Latinoamérica ahora asumen un costo de fraude que es 3.9 veces el valor nominal perdido en transacciones fraudulentas.
En México, el 54% de las empresas reportaron un aumento en el fraude en los 12 meses anteriores a la encuesta, mientras que las organizaciones incurren en un costo promedio de 4.08 veces el valor nominal de la transacción (3.24 para los minoristas y 5.27 para las instituciones financieras) por cada peso perdido por fraude. Estos costos abarcan las pérdidas financieras debidas al fraude, así como los gastos de mano de obra interna, los costos externos, los costos legales y las tarifas de recuperación, junto con los gastos asociados con el reemplazo o redistribución de la mercancía perdida o robada.
La rápida adopción de pagos digitales no solo mejora las experiencias de pago, sino que también expone numerosos sistemas y canales a ataques de fraude más innovadores. En toda América Latina, los canales digitales representan el 51% de las pérdidas totales por fraude, superando por primera vez al fraude físico. En consecuencia, los ciberdelincuentes aprovechan el anonimato de las transacciones digitales transfronterizas para ejecutar fraudes rápidos e imposibles de rastrear.
El aumento de las estafas y el uso de la tecnología, como la inteligencia artificial (IA), amplía la capacidad de los ciberdelincuentes para explotar tanto a los consumidores como a las empresas.
El estudio también refleja la evolución de las tácticas delictivas. En Latinoamérica, la etapa del recorrido del cliente con mayores pérdidas por fraude es la creación de nuevas cuentas, presentando el mayor desafío tanto para las instituciones financieras (46%) como para los minoristas (44%). Los delincuentes están explotando la creciente popularidad de la banca y el comercio digitales mediante el uso de identidades robadas o sintéticas para abrir cuentas fraudulentas.
“Es evidente que las nuevas formas de fraude aumentan el riesgo de pérdidas financieras para los consumidores y las empresas”, dijo Rafael Costa Abreu, Director de Fraude e Identidad para América Latina en LexisNexis Risk Solutions. “Los problemas a los que se enfrentan las empresas se vuelven aún más desafiantes debido al efecto multiplicador del fraude, donde las pérdidas experimentadas por las organizaciones continúan aumentando y superan con creces el valor nominal perdido en cualquier transacción. La prevención del fraude requiere un enfoque de varios niveles o capas a lo largo del recorrido del cliente”.
Hallazgos Clave del Estudio sobre el Verdadero Costo del Fraude – América Latina:
- Impacto comercial: El fraude afecta significativamente la forma en que los clientes perciben e interactúan con las empresas. El setenta y ocho por ciento (78%) de los encuestados mexicanos informan que el fraude ha influido en la satisfacción del cliente, en comparación con el 77% en toda América Latina. El ochenta por ciento (80%) nota su impacto en la conversión de clientes, igual al 80% registrado en LATAM.
- Evolución de las prácticas de gestión del fraude: Los delincuentes innovan constantemente. Esta naturaleza dinámica del comportamiento delictivo significa que el fraude y sus costos asociados no son amenazas estáticas que las empresas pueden simplemente disminuir. Por ejemplo, los nuevos métodos de pago ofrecen a los estafadores la oportunidad de explotar las vulnerabilidades del sector minorista. Las instituciones financieras se están dando cuenta de las crecientes tendencias en el robo de identidad, las estafas y el fraude de carteras digitales.
- De cara al futuro: Dada la creciente amenaza del fraude y los riesgos de ciberseguridad, las organizaciones deben adoptar soluciones de autenticación y gestión del fraude con visión de futuro. Esto implica aprovechar las capacidades de tecnologías de vanguardia como la Inteligencia Artificial, el aprendizaje automático y los métodos de autenticación biométricos y basados en el comportamiento.