Replanteemos: Quizá la pregunta no es si las mexicanas están preparadas para el trabajo del futuro, sino si el mundo laboral del futuro en México está listo para la ola de mujeres que actualmente se prepara bajo altos niveles de capacitación y con perfiles buscados por la industria de la innovación y tecnología.
Si revisamos las estadísticas, todavía existe una alarmante brecha de género y desigualdad laboral y educativa en el país. Paradójicamente, según números del INEGI, la OCDE y el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (IPADE), es la población femenina quien aporta el 37% al Producto Interno Bruto, la que tiene mayores tasas de graduación y mejores calificaciones a nivel universitario, y la que destina más del 70% de sus ganancias para su comunidad y su familia.
Las cifras reflejan que las mujeres juegan un papel preponderante en el mercado educativo y laboral en México, no sólo hoy sino en el futuro. Actualmente, de los 9.4 millones de profesionistas ocupados en el país, el 46.3% son mujeres y las áreas en donde representan más de la mitad del total son Educación, Ciencias de la Salud, Ciencias Biológicas, Diseño, Trabajo y Atención Social.
Estos datos, derivados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE, 2020) indican las tendencias del empleo profesional para las mujeres en el país y se complementan con lo mostrado por el Observatorio Laboral Mexicano de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que asegura además que la demanda laboral continuará concentrándose en competencias de alto nivel con directrices muy específicas: Big Data en el lugar de trabajo, Especialización del conocimiento, Diversidad de género, Evolución del marketing, Crecimiento de PyMEs, Flexibilización de la mano de obra y Optimización Móvil.
Las mujeres mexicanas están eligiendo la especialización y el desarrollo de destrezas digitales como herramientas que les contribuyan a su crecimiento en un mercado laboral cada vez más exigente. Pero no sólo eso, para su aprendizaje se están arriesgando con nuevos modelos educativos basados en creatividad, innovación y tecnología.
Lo anterior lo confirma Future Is, startup que brinda soluciones de educación en línea para aprender habilidades digitales para el mercado laboral, donde han registrado que el 54% de sus graduados son mujeres y casi la mitad de su equipo de mentores (42%) también son mujeres, lo que viene confirmando que la Educación es una de las áreas con mayor porcentaje de mujeres profesionistas, como lo mostró la ENOE apenas el año pasado.
Otro dato importante que menciona Future Is son las áreas de aprendizaje y capacitación donde las mujeres pueden tener un importante desarrollo: Creatividad + Diseño, Tecnología + Negocios, Administración + Gestión; y Soft Skills. En ese sentido, identifican 5 habilidades primordiales que deben dominar las mujeres para sobresalir en estas áreas y en el trabajo del futuro en general:
Liderazgo: Como competencias sociales que no se aprenden en la escuela, sino que se adquieren en la vida cotidiana y ayudan a las personas a integrarse en los ambientes laborales con más facilidad, benefician la productividad propia y del equipo de trabajo.
Inteligencia emocional: Capacidad de gestionar las emociones, y manejarlas adecuadamente para automotivación y crear relaciones saludables.
Innovación, creatividad: Se trata de la capacidad para encontrar soluciones a los problemas que se puedan presentar en los procesos de trabajo, y en escenarios de crisis o renovación.
Comunicación asertiva: Ser capaz de comunicar retos, valoraciones, objetivos, y garantizar una comunicación eficaz y fluida. La tecnología y los procesos remotos exigen este tipo de comunicación.
Diseño de experiencias en productos y servicios: Crear un balance entre el negocio y las necesidades del usuario. La experiencia de usuario es una necesidad en los tiempos virtuales de estos tiempos.
Con el futuro a la vuelta y las demandas globales de una reactivación a nivel socioeconómico, las mujeres mexicanas claramente están fortaleciendo habilidades que no sólo favorecen a su propio desarrollo sino a la equidad de género, el crecimiento económico y la cualificación de empleos. Sin duda, el trabajo del futuro tiene un enfoque femenino.