En 2016 habrá 210 millones de coches conectados. El ser humano se ha transformado en un ser hiperconectado, y esa circunstancia está provocando importantes cambios en diversas industrias y una de las más afectadas es la del automóvil. Internet ha cambiado el modo en que se compran los coches y la movilidad lo que esperamos hacer con ellos.
Con la hiperconectividad y el coche como cuarta pantalla, se darán situaciones como que los sensores del vehículo puedan deducir que los ocupantes tienen sed y envíen esa información a los sensores de una estación de servicio que rápidamente mandará ofertas para animarles a que acudan a la tienda de conveniencia. O que las estaciones de servicio sean capaces de detectar que un vehículo tiene que repostar y le envíen ofertas personalizadas para que lo haga en sus instalaciones.
En el futuro, los fabricantes deberían sustituir los concesionarios por un número reducido de salas de exposición impresionantes y muy atractivas, localizadas en lugares céntricos e invertir en el contacto online con el cliente. Internet ha permitido la aparición y desarrollo de nuevos fabricantes, al no tener que disponer de una red de establecimientos de venta.
Los coches del futuro podrían ahorra, por ejemplo, a la economía de Estados Unidos, cerca de 1.300 billones de dólares, según el análisis hecho por SAP. Esa cifra supone nada menos que el 8% del PIB de Estados Unidos, a ello contribuirá la reducción del número de accidentes , el incremento de la productividad al no necesitar conductores humanos, la reducción o desaparición de atascos y el ahorro en combustible.
Para el 66% de los encuestados por Accenture, la tecnología del coche es más importante en su decisión de compra que el rendimiento del vehículo en carretera. Para responder a la demanda de hiperconectividad, los fabricantes tratan de dotar a los coches del mismo nivel de conectividad que proporcionan los smartphones con modernos sistemas de navegación y centros de entretenimiento digital. Además, los componentes mecánicos se están transformando y cada vez están adquiriendo una mayor capacidad digital.
La hiperconectividad y la digitalización de los componentes también está complicando la fabricación. Una berlina típica, por ejemplo, puede contener 30 dispositivos electrónicos que el fabricante tiene que ensamblar en su propia planta. La introducción de sensores en el equipamiento utilizado para la fabricación también mejorará la producción. Se están dando pasos hacia la “fabricación inteligente”, aunque el cambio no está siendo sencillo.
También cambiará el perfil del personal que contratan los fabricantes de automóviles, que se acerca más al de las Tecnologías de la Información y cada vez hay más personal procedente del sector de alta tecnología.
-Computerworld España