Las últimas restricciones comerciales impuestas por el Gobierno estadounidense, que prohíben a las empresas de este país suministrar tecnología a una serie de empresas chinas entre las que se encuentra Huawei (TikTok y WeChat son otras), han puesto a la multinacional asiática de telecomunicaciones en una situación aún más complicada que la que lleva sufriendo desde que hace dos años Trump decidiera activar la guerra comercial con el país asiático. Sobre esta situación habló ayer Guo Ping, presidente rotativo de Huawei Technologies, en el evento anual Connect 2020, que la firma realiza esta semana en Shanghai.
“La continua agresión del Gobierno de Estados Unidos nos ha puesto bajo una presión significativa”, expresó Ping. “En este momento, la supervivencia es el objetivo”.
Ping reconoció que antes del último endurecimiento de las restricciones comerciales de Washington (que alega motivos de seguridad para ello), la compañía tuvo que apresurarse a almacenar chips, lo que ha afectado con fuerza a su suministro. El directivo instó al Gobierno de los Estados Unidos que reconsiderara unas normas que, como afirmó, dificultan a Huawei la compra de piezas esenciales para productos como los teléfonos inteligentes.
“Si el Gobierno estadounidense lo permite, seguimos estando dispuestos a comprar productos de empresas estadounidenses”, añadió. De hecho, Intel sí ha logrado recientemente una autorización para seguir proporcionando tecnología a Huawei. Guo Ping señaló que están buscando nuevos proveedores de chips como Qualcomm, pero para ello esta compañía también necesitaría obtener una licencia comercial de los Estados Unidos.
Además de la escasez de procesadores, Huawei está en pleno proceso de cambio del sistema operativo de sus dispositivos móviles, al no poder utilizar Android, de Google, también vetado por las autoridades estadounidenses.
En el ámbito puramente B2B (donde destaca la tecnología 5G), el directivo aseveró que la compañía no tiene problemas de suministro.