Desde hace más de una década, los procesos transformacionales de las empresas se han apalancado en bases digitales. Hoy en día, la transformación de las compañías y el mundo de los negocios se da a un ritmo infinitamente más acelerado y podríamos afirmar que transformarse digitalmente ha pasado de ser un “nice to have” a un “business as usual”. Además, las discusiones al respecto se han venido alejando de la tecnología de moda, y se orientan a la generación de casos de negocio e impacto en los procesos e indicadores clave de las organizaciones, usando tecnologías cada vez más accesibles, económicas y más fáciles de operar.
Sin duda alguna, las empresas se deben concentrar más en “ser digitales”, con ello me refiero a la capacidad de entender de mejor manera al cliente, a los empleados, extraer valor de los datos a través de proyectos de analítica y en pasar a la acción de manera rápida y ágil. En la actualidad, existe una gran oportunidad para que todas las empresas generen disrupción en sus industrias; lo que nos sumerge en un entorno cada vez más exigente y dinámico, en el que nuestra competencia puede venir de cualquier lugar y donde tener la suficiente madurez digital es la gran diferencia para hacer realidad una transformación con sentido para el negocio y para mantener ventaja competitiva.
En este tema, me gustaría hacer referencia a la última versión de un estudio que realizamos en EY, llamado Transformación con sentido digital 2022: un nuevo ritmo en la madurez digital de Latinoamérica, el cual mide los procesos de transformación digital dentro de las organizaciones en un período influido por efectos de la pandemia y retado por los nuevos jugadores digitales en diferentes industrias.
La encuesta analiza siete ámbitos que componen la visión holística de la transformación en las empresas, estos son: Estrategia e Innovación, Experiencia de Cliente, Operaciones y Cadena de Suministro, Áreas Administrativas, Información y Tecnología, Riesgos y Ciberseguridad y, por último, pero no menos importante, Cultura y Organización.
Si revisamos las principales similitudes -en temas de transformación- de los países que conforman la región, encontramos que los efectos de la pandemia continúan acelerando el plan de transformación digital en varios ámbitos de sus organizaciones, y los presupuestos asignados se han venido incrementando sin excepción.
Cabe señalar que los directores o gerentes generales son quienes lideran mayoritariamente la transformación; y las áreas prioritarias para iniciar el proceso son Estrategia e Innovación y Experiencia de Cliente, mientras que las áreas con menos foco actualmente en Latinoamérica son las Administrativas, así como también las áreas de Riesgos y Ciberseguridad.
Lo anterior, entre otras cuestiones, se traduce en una sobredemanda del talento digital, tanto de conocimiento técnico como de diseño de experiencias, nuevas formas de hacer las cosas, e innovación. Asimismo, las empresas que han avanzado en definir su estrategia de innovación y transformación digital como agenda prioritaria están marcando niveles de madurez significativamente más altos.
Si hablamos concretamente de México, es importante mencionar que el 70% de las empresas continúa acelerando la transformación en su organización y que el país se encuentra ligeramente por encima del promedio de la región en dicho índice de madurez digital. Además, se observa un comportamiento consistente en todos los sectores o industrias, destacándose los de Telecomunicaciones, Banca y Seguros y el de Servicios Profesionales.
La razón principal que acelera la transformación digital en las empresas en México es la exigencia del mercado, de los consumidores y las acciones de los competidores; en tanto que los principales retos a los que se están enfrentando las organizaciones en sus programas de transformación digital, son la resistencia al cambio en la organización y la escasez de personal calificado.
Sin duda alguna, los efectos de la pandemia siguen marcando pauta para la toma de decisiones, creando precedentes profundos en la dinámica y los modelos de negocio, cuyo único camino viable es la transformación; y las empresas avanzan por medio de su agenda estratégica en el ámbito digital, dando pasos progresivos y modernizando sus organizaciones.
–Beatriz Carmona, Líder de Technology Consulting, EY Latinoamérica Norte