Persisten los focos amarillos en la operación de las cadenas de suministro en todo el mundo; y esta situación, por supuesto, afecta a gran parte de las empresas en México.
Al respecto, en los últimos meses, se ha dado a conocer cómo a partir del paro de actividades derivado de la pandemia, los “cuellos de botella” en las supply chains se han convertido en un verdadero dolor de cabeza que ha impactado en el abastecimiento de sectores económicos tan relevantes como el automotriz, telecomunicaciones, restaurantero o retail. Pero esto es apenas el principio.
Este problema, que deriva no sólo en la escasez de materias primas, sino también en un aumento en los gastos operativos, retrasos y cancelación de proyectos, además de un progresivo aumento de la inflación, se preveía desde hace algunos meses, pero no a este grado. Si a esto sumamos que estamos ya en medio de la temporada decembrina, el panorama parece más complicado.
Para explicar esta situación, apenas en octubre pasado, una encuesta que realizamos a 600 líderes de la cadena de suministro de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, se propuso conocer la realidad de las supply chains para esta temporada. De este análisis se dio a conocer por ejemplo:
- Que los retailers anticipan pérdidas de ingresos de entre 5 y 20% por los últimos 18 meses debido a problemas en el abastecimiento y distribución de sus productos.
- Más de la mitad (58%) estima pérdidas superiores al 5%, mientras que una cuarta parte (26%) espera pérdidas superiores al 10% y el 5% dijo que serán superiores al 20%.
- Estados Unidos es el más afectado con los retailers que reportan pérdidas promedio del 5.7%, seguido por el Reino Unido con un 5.4%, Alemania con un 5.3% y Francia con un 4.8% en pérdidas promedio.
Al ser todos países con economías de primer nivel, es claro el impacto e influencia que esta situación alcanza –a nivel internacional– para el desarrollo adecuado de las cadenas de suministro. Y es que, según la misma encuesta, existe un amplio acuerdo de que resolver esta problemática seguirá siendo un desafío a largo plazo con nueve de cada 10 retailers (91%) que anticipan que los ingresos seguirán viéndose afectados por los problemas de las supply chains durante, al menos, los próximos seis meses.
La demanda sube; el abasto (al parecer), no
Una de las razones es que la demanda del mercado aumentó antes de que la pandemia terminara realmente. Así que, mientras las ventas crecían, las interrupciones relacionadas con la contingencia sanitaria continuaron afectando a los principales puertos, instalaciones de fabricación y centros de distribución, lo que frenó la respuesta de la oferta.
Además, otro factor que tuvo un impacto es que la demanda subió más allá de la capacidad de carga máxima del sistema; de hecho, ampliarla requerirá inversiones, tiempo y, por supuesto, más y mejor tecnología con sistema logísticos que permitan anticipar los picos y repartir el flujo de pedidos.
Al respecto, por ejemplo, apenas hace unas semanas el sector empresarial en México, con el Buen Fin, temía por un desabasto que influyera en las ventas de esta importante fecha comercial. Sin embargo, cifras preliminares dieron a conocer un incremento -aproximado- de 10% comparado con la versión del año pasado, cuando la derrama económica fue de 239 billones de pesos.
Deshielo en las supply chains
Entonces, ¿es tan grave la crisis global de las cadenas de suministro? Para algunas firmas internacionales existen signos de recuperación. Este es el caso de JPMorgan que, de acuerdo a su último análisis sobre este tema, señala que “lo peor, probablemente, quedó atrás”. Además, esta empresa financiera considera que los “cuellos de botella” están a la baja, lo que provocará que los ingresos y márgenes lleguen a nuevos récords en 2022.
De hecho, según este banco de inversión, varias compañías de bienes de consumo y tecnología ya dieron a conocer su normalización en su capacidad de producción y distribución para esta temporada. Con un “deshielo en las cadenas de suministro” el informe de esta compañía insiste en que existen varios indicadores positivos que apuntan a que la situación comienza a regularse de tal forma que la oferta logrará atender la recuperación de la demanda.
Desde cualquiera de ambas perspectivas, la tecnología toma un papel fundamental. Y es que al ser las redes mundiales de supply chains complejas e interconectadas, son necesarios recursos digitales capaces de anticipar las tendencias generales, el aumento de la demanda, los “cuellos de botella” y la toma de previsiones.
En este caso, la Inteligencia Artificial (IA) es la clave del éxito; de hecho, se trata de un recurso efectivo que brinda la tecnología. El llamado para las compañías especializadas en este rubro está en desarrollar procesos de evaluación (basados en el riesgo) que ayuden a identificar y monitorear cualquier contingencia que atente contra el funcionamiento de las supply chains.
Al final, todos queremos que Santa Claus llegue a tiempo en esta Navidad.
___________________
El autor de este artículo, Rafael Vásquez, es Vicepresidente Regional de Value Services.