El modelado de amenazas es una técnica esencial en la seguridad de la información que permite identificar, entender y mitigar posibles riesgos en sistemas y aplicaciones. Este proceso se ha convertido en una práctica estándar para garantizar la seguridad en el desarrollo de software y la gestión de infraestructura tecnológica. En este artículo, exploraremos la teoría detrás de esta técnica y reflexionaremos sobre los desafíos y cambios necesarios para implementar esta técnica en la práctica.
Teoría del modelado de amenazas
Se trata de una metodología estructurada que permite identificar las amenazas más relevantes para un sistema específico y determinar las vulnerabilidades que podrían ser explotadas por atacantes. A continuación, se presentan los pasos teóricos más comunes:
- Identificación de Activos: Consiste en determinar qué elementos del sistema son valiosos y necesitan protección. Estos pueden incluir datos sensibles, servicios críticos, hardware y software.
- Creación de un Diagrama de Arquitectura: Se realiza un mapeo visual del sistema, mostrando componentes, conexiones y flujos de datos. Esto ayuda a entender cómo interactúan las partes del sistema y dónde pueden existir vulnerabilidades. Este paso y el anterior conforman los cimientos de todo modelado de amenazas, ya que definen la superficie de ataque y los flujos de datos de todo el sistema a modelar.
- Identificación de Amenazas: Se identifican posibles amenazas para cada componente del sistema.
- Evaluación de Riesgos: Cada amenaza se evalúa en términos de probabilidad e impacto, determinando así su nivel de riesgo. Esto ayuda a priorizar las amenazas más críticas.
- Desarrollo de Contramedidas: Se proponen soluciones y controles de seguridad para mitigar los riesgos identificados, ya sea mediante cambios en la arquitectura, implementación de nuevas tecnologías o ajustes en los procedimientos de seguridad.
Existen varias metodologías para el modelado de amenazas y la identificación de estas, cada una con su enfoque y características particulares. Dichas metodologías nos aportan una base teórica sobre la cual enfocar el modelado, con el fin de poder estructurar la información.
De la Teoría a la Práctica
A pesar de que el proceso teórico del modelado de amenazas parece claro y estructurado, llevarlo a la práctica presenta diversos desafíos debido a la diferencia que puede existir en los proyectos, entornos y equipos. A continuación, se discuten algunas de las dificultades comunes y los cambios necesarios para una implementación efectiva:
Dificultades en la identificación de activos
La identificación de activos se presenta como un paso simple donde se listan los elementos valiosos del sistema. En realidad, puede ser complicado identificar todos los activos relevantes. Los sistemas grandes y complejos pueden tener componentes interdependientes y datos dispersos, lo que dificulta la identificación exhaustiva de activos. Además, la valoración de cada activo puede ser subjetiva y variar entre diferentes participantes en el modelado de amenazas.
Complejidad en la creación de diagramas de arquitectura
Los diagramas de arquitectura son herramientas visuales claras que facilitan la comprensión del sistema, además esta tarea suele facilitarse a través de la utilización de herramientas específicas. En sistemas reales, especialmente en entornos ágiles y en constante evolución, mantener actualizados estos diagramas puede ser una tarea ardua. La falta de documentación o cambios rápidos en la infraestructura puede resultar en diagramas desactualizados o incompletos, lo que compromete el análisis de amenazas.
Identificación de amenazas y evaluación de riesgos
Se utilizan modelos establecidos para identificar amenazas y evaluar riesgos de manera objetiva (uso de metodologías). En la práctica, los modelos pueden no capturar todas las amenazas específicas de un entorno particular. Además, la evaluación de riesgos puede estar sesgada por percepciones personales o la falta de datos históricos sobre incidentes. La subjetividad en la estimación de probabilidad e impacto puede llevar a priorizaciones incorrectas.
Desarrollo e Implementación de Contramedidas
Una vez identificados los riesgos, se implementan contramedidas adecuadas para mitigarlos. Su implementación puede enfrentar obstáculos como limitaciones presupuestarias, resistencia al cambio por parte del personal, o la necesidad de mantener la compatibilidad con sistemas legados. Las soluciones teóricas pueden no ser viables en el entorno operativo real, requiriendo adaptaciones y compromisos.
El modelado de amenazas es una herramienta poderosa en la gestión de riesgos de seguridad, pero su efectividad depende de cómo se lleva a la práctica. La teoría proporciona una base sólida y estructurada, pero la implementación práctica requiere flexibilidad, adaptación y un entendimiento profundo del contexto operativo. Para superar los desafíos, es fundamental adoptar un enfoque iterativo y colaborativo, involucrando a diversas partes interesadas y ajustando continuamente los procesos en función de los aprendizajes y cambios en el entorno. Además, la integración de herramientas automatizadas y la formación continua del personal pueden mejorar significativamente la eficacia del modelado de amenazas en la práctica.
Aunque el modelado de amenazas tiene sus raíces en principios teóricos bien definidos, su éxito en la práctica radica en la capacidad de adaptarse a las complejidades y realidades del entorno en el que se aplica. Solo así se puede garantizar una gestión de riesgos efectiva y una mejora continua en la seguridad de sistemas y aplicaciones.
Por: Yeiber Caso, Cybersecurity Project Manager en NTT DATA y Rodrigo Rey Duarte, Lead Architect NTT Data España