Hay pocas cosas tan inquietantes como la llegada de un nuevo jefe. No hablamos de ser transferido a otro departamento o puesto y tener a un nuevo supervisor. Eso puede ser divertido ya que usted estará emocionado por la nueva tarea o promoción.
Estamos hablando de cuando su jefe es reemplazado por alguien más. En ese caso, raramente existe un sentimiento de aventura. Para la mayoría de la gente un cambio en un nivel arriba del suyo es perturbador, que les hace preguntarse cosas como, “¿Me van a despedir cuando el nuevo jefe traiga a su equipo de su posición anterior?” “¿Mis contribuciones serán valoradas igual que antes?” “¿Por qué no me llamaron a mí para ocupar el puesto? ¿Nadie me respeta?”
Estos asuntos tienen una carga emotiva, y eso es lo que dificulta empezar con el pie derecho con el nuevo jefe. Para darle a usted la mejor oportunidad de establecer una relación productiva, necesitará hacer un poco de tarea. Deje de enfocarse en usted y esfuércese por entender la situación del nuevo jefe. Reconozca que sus emociones no son la preocupación principal del recién llegado. Él o ella ya tienen suficiente con la transición por la que está pasando junto con sus propias emociones.
A continuación, algunos pasos que sirven como preparación para el primer gran encuentro.
Comience por averiguar cuál es la misión del recién llegado. Es probable que usted pueda suponerlo sin problema al considerar el estatus de su grupo y evaluar las circunstancias bajo las cuales su anterior jefe se fue. ¿Su salida fue voluntaria o involuntaria? ¿Fue despedido, promovido, o estuvo sujeto a un cambio de vida, o eligió irse a otra compañía? ¿Era apreciado o menospreciado por sus subordinados, colegas y supervisores? Los desafíos que enfrentará el nuevo jefe serán muy distintos, dependiendo de si está sucediendo a un patriarca amado que dejó todo funcionando perfectamente o un déspota odiado que dejó una pila de cadáveres a su paso. Usted debe ser capaz de poner todo en perspectiva para hacer una lista de las cosas a las que cree su nuevo jefe se le han asignado llevar a cabo.
Va a usar estas suposiciones para crear una segunda lista, pero primero le recomiendo un ejercicio dirigido a tener en cuenta sus propias emociones. Esto involucra escribir otras dos listas. Éstas no son para los demás sino para usted mismo, así que no se guarde nada. El título de la primera debe ser “cosas que el nuevo jefe podría hacer que agravarían todos nuestros actuales problemas”. La segunda debe ser “Cosas que el nuevo jefe podría hacer que socavarían lo que ahora está funcionando realmente”. Después que se ha sincerado, repase ambas listas y piense en problemas genuinos que se han originado de los puntos que listó.
Una vez que haya estudiado estas dos listas lo suficiente para separar la emoción de la razón, escriba las cosas que cree el nuevo jefe necesita entender respecto al trabajo actual de la organización, cómo ésto apoya o no a su presunta misión, su papel en ese trabajo, la cultura de la organización y los individuos involucrado. Repase la lista y asegúrese de que usted realmente sabe lo que es importante de cada punto.
En la primera junta con el jefe, necesitará restringirse a compartir sólo los títulos de las categorías y los temas generales que enumeró. No querrá abrumarlo con los detalles en este momento.
El objetivo de su primera reunión con el nuevo jefe es establecer una relación de trabajo que le dará el derecho de compartir posteriormente los detalles y que su opinión sea respetada.